CONDENA: EXCLUSIÓN SOCIAL


Conclusión: estamos condenados a ser excluidos socialmente.

La conclusión llega luego de recorrer todos los caminos que estaban a nuestro alcance.

Es más que posible que este mismo problema lo sufran decenas de miles de inmigrantes y también de españoles, los bancos y caixas o cajas españoles nos excluyen del sistema social.

Decenas de miles de familias a lo largo y ancho de todo el territorio catalán y español en general no representamos un negocio para los bancos ni para las cajas, por más que algunas inviertan millones de euros al mes –no al año- en vender esa imagen.

Nos excluyen por que somos familias que ganamos sumas que ellos, evidentemente, consideran ínfimas, quizás incluso puede que consideren que atendernos es una pérdida de tiempo.

Me gustaría saber cuántas familias han pasado por lo que hemos pasado nosotros, cuántas han visto truncada la ilusión al tiempo que la realidad cruda nos muestra que estamos condenados a vivir toda nuestra vida en un piso de alquiler.

El tema es sencillo, un aviso de un alquiler con opción a compra, en este caso en la localidad de Bagá, provincia de Barcelona, al otro lado del túnel, a escasos 15 kilómetros de la comarca de La Cerdanya.

Son 24 pisos de los cuales al día de hoy apenas están ocupados 7 u 8.

Una gestoría local ubicada en la villa de Puigcerdà los anuncia en una revista comarcal y en el escaparate de su local.

La propuesta se basa en un piso con el costo desde 107 mil euros más I.V.A. y aunque no estés empadronado en la localidad, puedes ser aspirante, dado que primero lo ocuparías como inquilino.

El piso consta de 3 habitaciones, balcón, pequeña terraza, 80 metros cuadrados, más plaza de parking, el coste del piso puede ascender a unos 143 mil euros, incluido impuestos y gastos de notario.

Puedes acceder al alquiler, de 450 euros mensuales, durante el lapso de tiempo de 3 años, durante los cuales puedes optar por comprar el piso, el primer año se respeta y contabiliza el 100 por 100 del alquiler, mientras que en segundo es un 80 por ciento y si es en el tercero sube al 60 por ciento de lo que hayas pagado de alquiler.

Si nos basamos en el tercer año para manejarnos en el hipotético caso de compra, la suma que deberías disponer en la mano sería de 18 mil euros, aproximadamente.

La suma que puedes ganar al año puede llegar hasta 45 mil euros, tres veces superior a la que yo percibo, por ejemplo, o sea, el primer requisito lo cumpliría, y el resto también, sólo que debería de disponer de esa suma para que el banco me prestara el resto, o sea el 80 por ciento restante.

El tema es que no podemos reunir esa cantidad por varias razones, la primera es que el piso evidentemente, ha de equiparlo de la A a la Z, nevera, cocina, lavarropas y el resto de las cosas normales que compone una casa, vamos, una pequeña suma que en lo más normal de los casos puede rondar unos 4 a 8 mil euros.

Bien, hoy en día, con un salario de 1200 euros y con un contrato indefinido, puedes pagar un alquiler de unos 550 euros, mantener a tu familia, pagar seguro del coche, impuestos, ir al día con tus obligaciones, vivir dignamente pero cuidando tu economía, salir de vacaciones una vez al año, etc.

De paso, tener una capacidad de ahorro que oscila en unos 150 a 250 euros al mes, dependiendo de gastos, todo eso lo sabe el banco, es sólo mirar los movimientos, por lo cual puede saber que no miento en los datos que hoy brindo, incluso en la declaración de renta tiene acceso y sabe la cifra que hacienda me devuelve cada año.

Aún así, con nuestra escasa pero real capacidad de ahorro, sin deudas, con una vida austera pero ordenada, viviendo dentro de nuestras posibilidades y no fuera de ellas, quiero decir, sin un coche de varios miles de euros, ni viajando al extranjero en vacaciones ni lujos, pero siendo una de esas decenas de miles de familias normales, no somos negocio para un banco.

Formamos parte de los condenados. Somos parte de los excluidos sociales de los cuales ni los bancos ni las cajas quieren escuchar hablar.

Me causa gracia por lo tanto, los anuncios que suele hacer LA CAIXA , donde con toda pompa dice y afirma luchar contra la exclusión social.

Soy cliente de LA CAIXA ahora mismo por que no hace mucho absorbió a la ex CAIXA GIRONA, de hecho me fui de la primera gracias a la discriminación que hace con aquellos que tenemos una capacidad de ahorro limitado y que según las palabras del director de la sucursal de Bellver de La Cerdanya, les ocasionamos gastos a la entidad en lugar de darle beneficios.

Por esa razón, en el próximo año buscaremos una vez más, la alternativa a esta entidad para la cual resultamos una carga, carga que por cierto bien nos cobran los servicios, por ejemplo los 42 euros al año por el servicio de tarjetas y mantenimiento de la cuenta.

Pero el tema es la exclusión social, esa condena a la que están sometidos aquellos que no contamos con un salario interesante para los bancos, aquellos que estamos condenados de por vida a pagar un alquiler sólo por no ganar determinada cifra al año.

Los inmigrantes por ejemplo, somos excluidos sociales por partida doble en este caso, por que además de percibir un salario “bajo” para los bancos, debemos de presentar avales si es que queremos en este caso acceder a un piso de protección oficial.

En este caso en concreto es aún más complicado dado que la empresa o fundación con las siglas FIBS anuncia los pisos de alquiler con opción a compra como de protección oficial, pero en el contrato de alquiler menciona de forma clara que los mismos están pendientes de aprobación por la Generalitat, o sea, el que entre debe de confiar en que sea así, pero ellos o los bancos no pueden ni quieren confiar en que los podamos pagar.

Ahora entiendo por qué en España existen tantos “patadistas”.

Obligan a muchos a optar por caminos así, por que de todas formas ya los han condenado a formar parte de los excluidos sociales, a ser familias condenadas a pagar por toda su vida un alquiler.

Así funciona el sistema señores, si es usted un asalariado y encima lo que percibe es considerado poco para los bancos, pues no se lo dicen, pero es usted un paria, una persona que no genera dinero para ellos y por lo tanto, carece de todo interés para su imperio.

En cambio, otros considerados señores, se pueden dar el lujo de declararse insolventes y seguir comiendo en restaurantes de 5 tenedores, viviendo en casas de varios millones que nunca serán embargadas e incluso dejar de pagar el teléfono, pero seguirá siendo señores fulano de tal.

Pero si llega un obrero que cumple con sus obligaciones, que paga sus impuestos, el alquiler y vive de forma humilde pero honrada, a ese, ni agua, que siga allí, abajo, no es digno ni de confianza ni de consideración, debe der por ahora y por siempre un excluido social condenado a pagar toda su vida un alquiler.

Este es el sistema que vivimos, el mismo que ha sido alimentado desde el estado –que somos todos, usted y yo- con miles de millones de euros destinados a una reactivación que no llega, que han usado para cubrir las deudas que tienen fuera de España, dinero público que salió de nuestros bolsillos, dinero que pagamos los de abajo, pero que luego se nos niega, si queremos acceder a tener un techo propio.

Pero de esto no habla el señor Rodríguez Zapatero.


De esta exclusión social ni idea tiene el señor Rajoy, somos apenas unas decenas de miles que no votamos o si lo hacen los españoles, pasan de esto por que saben o tienen asumido que cuando estén en el gobierno ni se recordarán de aquellos condenados sociales.

Estas letras van dedicadas a esos señores de la entidad bancaria que se autodenomina estar trabajando en contra de la exclusión social que gasta decenas de millones al año en publicidad para que se la conozca como que tiene una fundación social.

Estas letras también van dedicadas al gobierno de Zapatero, que en la teoría debería de luchar contra estas injusticias, pero por desgracia, de socialista les quedan las siglas.

Y por supuesto que va dedicadas a la oposición que encabeza el señor Rajoy, por que debería de tomar nota e incluso, de tener un mínimo de integridad, no sólo eso, sino recoger el guante y hacer algo, ya que de aquellos que esperamos algo no nos llega – ni llegará- la respuesta.

En Cataluña también le dejo el mensaje al que sea el próximo presidente: que sepa, que se entere que existe en Cataluña la exclusión social, la discriminación pura y dura de una parte de su sociedad, por el mero hecho de ser personas con un poder adquisitivo no atractivo para los bancos.

En el caso de los inmigrantes, el tema es aún peor, ya que las posibilidades de tener avales para comprar un piso son las mismas que tiene un chimpancé de jugar en la N.B.A..

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