Estudian la 'idoneidad' del héroe ecuatoriano para concederle medalla al mérito
Barcelona. Luego de haber sido elevado a la categoría de héroe, la sociedad española ahora señala con el dedo a Wilson Rivera Guamán, el ecuatoriano que el martes salvó a una mujer de mientras era apuñalada por su ex pareja, Jesús María Poncela Abri. El centro de la polémica son los seis antecedentes policiales que tiene el extranjero, uno de ellos por agresión física y psíquica a una mujer hace dos años. Pero la denuncia nunca llegó a los tribunales ni fue sentenciado por ningún juez.
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El marino que dejó el suburbio guayaquileño
Barcelona. En el barrio donde vivió desde su infancia el crimen y la violencia son el pan de cada día. El Guasmo es una de las zonas más deprimidas del puerto principal de Ecuador, en Guayaquil, que es la capital económica del país. En el barrio de Fertisa, donde las calles sin pavimento se convierten en un lodazal cada vez que llega el invierno tropical.
Ahí llegó cuando tenía cinco años de edad, desde su natal pueblo de Chunchi, en la provincia andina de Chimborazo. Se mudó del páramo al trópico con sus padres, a quienes todavía envía remesas puntualmente cada mes. Familia de comerciantes que se dedicaban a la venta informal en la zona de Guayaquil conocida antiguamente como "la bahía", su padre decidió apoyar a Wilson para hacer futuro con una carrera en la marina. "El sueldo llegaba seguro a fin de mes, pero era muy poco", cuenta.
Luego de doce años en el servicio, alistó sus maletas rumbo a Europa. Con esta experiencia, más de una vez tuvo que enfrentar a delincuentes callejeros y alguna agresión de género. Pero cuando intervino en una riña para defender a un amigo, le propinaron un disparo en la nariz y estuvo en coma por dos días. Entonces se juró no hacerlo nuevamante. "Cuando bajé de mi coche para ayudar a esa mujer, no lo pensé, fue un acto inconsciente. Luego me pregunté qué había hecho".
"No entiendo porqué se ha dicho que estoy desempleado y estoy a punto de volver porque no puedo pagar el alquiler. Tal vez algunos españoles piensan que en Ecuador no se utiliza internet, pero mi familia se ha enterado inmediatamente y se ha preocupado; quiero que sepan que no es cierto. Trabajo como autónomo y pienso volver como cualquier inmigrante que siempre aspira volver algún día a su país", enfatizó Wilson.
Esto ha provocado un intenso debate, pues horas después de concerse su intervención que salvó la vida de una mujer, junto a un inspector de gas y un abogado, todos ellos peatones que pasaban por el lugar de los hechos, las autoridades catalanas se apuraron en proponer a Ribera para recibir la medalla al mérito "por la actuación cívica y heroica de los ciudadanos que enfrentándose al agresor evitaron males mayores".
Desde su piso en el barrio de Sants, donde vive pagando un alquiler de 850 euros junto a su mujer, Katty Ramón Zambrano y su hija de cuatro años, explicó a TribunaLatina.com su molestia porque se haya ventilado sus antecedentes: "no he pedido ninguna distinción, pero además, esa denuncia fue la venganza de una mujer y nunca se pudo comprobar".
Poco antes de recibir a este medio, el inmigrante recibió la única recompensa que esperaba. Ver a la víctima fuera de peligro, a quien encontró en el Juzgado de Violencia de Género de Barcelona, donde acudieron ayer a declarar todos los testigos e implicados en la agresión. "Apenas me pudo saludar con la mano, porque el juez no nos permite hablar entre nosotros y ella se mueve con dificultad porque tiene heridas en todo el cuerpo. Su madre sí se acercó y nos agradeció", añade.
Luego de conocerse los antecedentes de Wilson, el Departamento de Interior de la Generalitat aclaró que "la policía comprobará su idoneidad para ser condecorado en relación a los hechos ocurridos". Cada año en el mes de abril, los cuerpos de seguridad catalanes celebran el Día de les Esquadres y aprovechan para dar distintguir a ciudadanos por su civismo. En el 2008 se honró a uno que salvó la vida de otro, que en su día cumplió una condena en prisión. Pero entre los centenares de propuestas que reciben los Mossos d´Esquadra, se consideró que aquello no restaba méritos al salvar a una persona.
T.L.
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Barcelona. En el barrio donde vivió desde su infancia el crimen y la violencia son el pan de cada día. El Guasmo es una de las zonas más deprimidas del puerto principal de Ecuador, en Guayaquil, que es la capital económica del país. En el barrio de Fertisa, donde las calles sin pavimento se convierten en un lodazal cada vez que llega el invierno tropical.
Ahí llegó cuando tenía cinco años de edad, desde su natal pueblo de Chunchi, en la provincia andina de Chimborazo. Se mudó del páramo al trópico con sus padres, a quienes todavía envía remesas puntualmente cada mes. Familia de comerciantes que se dedicaban a la venta informal en la zona de Guayaquil conocida antiguamente como "la bahía", su padre decidió apoyar a Wilson para hacer futuro con una carrera en la marina. "El sueldo llegaba seguro a fin de mes, pero era muy poco", cuenta.
Luego de doce años en el servicio, alistó sus maletas rumbo a Europa. Con esta experiencia, más de una vez tuvo que enfrentar a delincuentes callejeros y alguna agresión de género. Pero cuando intervino en una riña para defender a un amigo, le propinaron un disparo en la nariz y estuvo en coma por dos días. Entonces se juró no hacerlo nuevamante. "Cuando bajé de mi coche para ayudar a esa mujer, no lo pensé, fue un acto inconsciente. Luego me pregunté qué había hecho".
"No entiendo porqué se ha dicho que estoy desempleado y estoy a punto de volver porque no puedo pagar el alquiler. Tal vez algunos españoles piensan que en Ecuador no se utiliza internet, pero mi familia se ha enterado inmediatamente y se ha preocupado; quiero que sepan que no es cierto. Trabajo como autónomo y pienso volver como cualquier inmigrante que siempre aspira volver algún día a su país", enfatizó Wilson.
Esto ha provocado un intenso debate, pues horas después de concerse su intervención que salvó la vida de una mujer, junto a un inspector de gas y un abogado, todos ellos peatones que pasaban por el lugar de los hechos, las autoridades catalanas se apuraron en proponer a Ribera para recibir la medalla al mérito "por la actuación cívica y heroica de los ciudadanos que enfrentándose al agresor evitaron males mayores".
Desde su piso en el barrio de Sants, donde vive pagando un alquiler de 850 euros junto a su mujer, Katty Ramón Zambrano y su hija de cuatro años, explicó a TribunaLatina.com su molestia porque se haya ventilado sus antecedentes: "no he pedido ninguna distinción, pero además, esa denuncia fue la venganza de una mujer y nunca se pudo comprobar".
Poco antes de recibir a este medio, el inmigrante recibió la única recompensa que esperaba. Ver a la víctima fuera de peligro, a quien encontró en el Juzgado de Violencia de Género de Barcelona, donde acudieron ayer a declarar todos los testigos e implicados en la agresión. "Apenas me pudo saludar con la mano, porque el juez no nos permite hablar entre nosotros y ella se mueve con dificultad porque tiene heridas en todo el cuerpo. Su madre sí se acercó y nos agradeció", añade.
Luego de conocerse los antecedentes de Wilson, el Departamento de Interior de la Generalitat aclaró que "la policía comprobará su idoneidad para ser condecorado en relación a los hechos ocurridos". Cada año en el mes de abril, los cuerpos de seguridad catalanes celebran el Día de les Esquadres y aprovechan para dar distintguir a ciudadanos por su civismo. En el 2008 se honró a uno que salvó la vida de otro, que en su día cumplió una condena en prisión. Pero entre los centenares de propuestas que reciben los Mossos d´Esquadra, se consideró que aquello no restaba méritos al salvar a una persona.
T.L.
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