La Diada de los 'nuevos' catalanes

Guillermo Ángeles Fernández

Cada once de septiembre se celebra el Día Nacional de Catalunya, o también conocida como la Diada, fecha en la que las tropas borbónicas después de un prolongado asedio tomaron Barcelona poniendo punto final a la guerra de sucesión y con ello asegurando el trono a Felipe V en año 1714, lo que inevitablemente devino en la disolución de las instituciones catalanas y conculcación de sus libertades civiles al amparo de los Decretos de Nueva Planta, en 1716. Tras el restablecimiento del Parlamento de Cataluña en 1980 esta emitió su primera ley declarándolo Fiesta Nacional.

Y desde aquel momento han acontecido diversos hechos históricos que han marcado sensiblemente a toda una comunidad caracterizada por el dinamismo y la tradición pujante de liderar la economía, así como la flama sempiterna de sus reivindicaciones históricas. De ser la sede de unos juegos olímpicos acompañado de un cambio urbanístico significativo de la ciudad, hasta la promulgación de un Estatuto de Autonomía, fruto del largo camino del consenso de los hijos de la nación catalana. Gracias a hombres de buena voluntad y la conducta democrática de sus políticos, a una inmejorable sociedad civil, que sin excepción ninguna expresaron libremente su adherencia a los valores y cultura del catalanismo.

Este escenario ha sido pues, aquel espacio territorial, social y cultural que nos ha cobijado a los nuevos catalanes, aquellos que pusimos agua de por medio con nuestros países de origen, y recalamos en estos lares, llena de historia, cultura y una lengua que lucha por no perderse, convirtiéndose en tierra de acogida. Ha sido el punto de partida de una sociedad con una faz ahora distinta, cosmopolita, de respeto a la diversidad pero inclusiva. Este proceso de ingeniera social llamado integración, goza de buena salud en la sociedad catalana y que sin lugar a equivocarme puede exhibir palmariamente el día de hoy, la existencia de un sentimiento de pertenencia a todo lo que representa CATALUNYA.

Hoy, la coyuntura política, social y económica, nos aflige y aprieta el cinturón, siendo las prioridades del ciudadano de a pie, el contar con un empleo digno y garantizado en el tiempo, que le permita estabilidad, razón primera por la que muchos emigramos. Sin embargo no solo es un asunto que nos afecta a nosotros, es una crisis que ha tocado a todos los trabajadores y al tejido empresarial sin excepción, nativos y extranjeros. De toda crisis se sale y esta no será la excepción así todo lo indica, por la fortaleza de su democracia, por el impulso de sus fuerzas productivas, por nosotros que en su momento hemos contribuido en el crecimiento y bienestar material y cultural de esta sociedad de acogida. Pero ello no debe ser óbice para que ese sentimiento de pertenencia que anotamos se desvanezca, se pierda, más aún cuando esta es la tierra de nuestros hijos donde han nacido, crecido, estudiado y hoy trabajan.

Por ello oteando al presente y al futuro, en el firme convencimiento de lo expresado, debemos renovar nuestra buena disposición a seguir en senda de este proyecto que plantea la Catalunya inclusiva con sus fuerzas vivas, políticas y sociales, al reconocimiento de la valores y cultura catalana como propios, al reconocimiento de los símbolos patrios como expresión jubilosa de su raigambre histórica y orgullo de sus orígenes , a una actitud abierta y franca que con nuestra anuencia haga un camino más llano a nuestros hijos que son catalanes, a emocionarnos con las sagradas notas del himno de Catalunya els segadors ¿Por qué no?

Guillermo Ángeles Fernández es Secretario de Inmigración-Integración de Unió Democrática de Cataluña

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