El auge de la inmigración provoca un «boom» de la iglesia evangélica

El incremento de las iglesias evangélicas está relacionado con el aumento de la población latinoamericana.

La diversificación cultural de la sociedad barcelonesa que sufre los últimos años como efecto de la inmigración empieza a dejar huella en los centros de culto religioso que hay en la ciudad. Mientras hace tres años la gran mayoría de espacios eran católicos, a día de hoy la iglesia evangelista le pisa los talones. De los 340 centros de culto que hay, 141 pertenecen a parroquias católicas y 119 a iglesias evangélicas, según la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR) del Ayuntamiento.
En 2008, la iglesia evangélica proliferó a pasos agigantados, llegando a multiplicar sus espacios más de un 60% en los dos últimos años. En 2006, se contabilizaron 74 centros, mientras a día de hoy existen 119. «La iglesias evangélica es la comunidad que más ha crecido en Barcelona en la última década, con más actividad, más creación de iglesias nuevas y ampliación de locales», explicó ayer la coordinadora de la OAR, Cristina Monteys.
Inmigración latinoamericana
«Este crecimiento está muy relacionado con la importante inmigración de origen latinoamericano que ha llegado a Barcelona en los últimos diez años», opinó Monteys. De los 1.628.090 barceloneses, 127.744, casi el 8 por ciento, provienen de América latina, según datos del Consistorio de 2008. La mayoría de estos espacios se encuentran en Nou Barris, Sants-Monjuïc y Sant Andreu.
A parte de los templos de culto católicos y evangélicos, existen 18 Salas de Reino, 16 oratorios islámicos, 15 budistas y 8 cristiano ortodoxos. Además hay 5 sinagogas, 5 iglesias adventistas, 5 taoistas, 3 hinduistas, dos capillas de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, un templo sij y otro de las comunidades de la fe Baha’i. «Creemos que la diversidad es muy grande y se ha producido muy rápidamente. Pero los niveles de tolerancia y convivencia son positivos», señaló la coordinadora en el acto de balance del OAR. Por su parte, el concejal de Derechos Civiles de Barcelona, Joaquim Mestre, resaltó la necesidad de «propiciar un grado de conocimiento mayor y de promover también un mayor grado de respeto».
La OAR, que en los últimos diez años se llamaba Centro Interreligioso de Barcelona, actúa como instrumento de mediación y resolución de conflictos vinculados al ejercicio del derecho a la libertad de conciencia y religión.
En 2008, se llevaron a cabo 330 actuaciones de interlocución y mediación. «La mayoría de los conflictos están relacionados con centros de culto ruidosos y la ocupación de la vía publica sea por aparcamiento o porque los locales se quedan pequeños y utilizan la calle», explicó Monteys. El año pasado hubo un conflicto entre una Iglesia evangelista, cercana a plaza de las Glòries, con la comunidad de vecinos del edificio donde se encontraba, ya que los fieles ocupaban la escalera de vecinos al no caber dentro del centro. «La solución fue entonces emplazarlo en otro lugar», ejemplificó Monteys.

«NO HAY NINGUNA PETICIÓN para INSTALAR UNA MEZQUITA»
Ante la polémica envuelta por la demanda del Consell Islàmic i Cultural de Catalunya, de instalar una gran mezquita en Barcelona, el concejal de Derechos Civiles del Ayuntamiento, Joaquim Mestre, aclaró ayer que «por el momento el Consistorio no ha recibido ninguna petición formal de instalar una mezquita». Lo que sí existen por el momento son 16 oratórios islñamicos en la ciudad condal.«Los requisitos legales para abrir un centro religioso son los mismos que para cualquier espacio de concurrencia pública, además de estar registrada la comunidad como religiosa», añadió Mestre. Referente a la Ley de Centros de Culto, que impulsa la Generalitat para acabar con las arbitrariedades de algunos ayuntamientos a la hora de autorizar la apertura de oratorios, sobre todo musulmanes, el regidor explicó que «se trata de una ley necesaria» pero es aún «muy prematuro pronunciarse ya que se encuentra aún en trámites parlamentario». Por su parte, el tripartito dio ayer marcha atrás en lo acordado en la futura ley y decidió no obligar a los ayuntaminetos a reservar suelos para uso religioso. Con este cambio, CiU se felicita y resalta la preeminencia de la Iglesia católica.