Discotecas latinas: "La Policía nos llama el eje del mal"

  • La Policía Nacional ha desarticulado en Madrid una banda de cinco policías que presuntamente extorsionaba a bares.

  • Empresarios de la noche latina creen que no se trata de un hecho aislado y denuncian las presiones que sufren desde hace años.

La rumba latinoamericana en Madrid está revolucionada con la detención de cinco policías municipales que presuntamente se dedicaban a extorsionar a dueños de discotecas y bares de Cuatro Caminos y Azca.

Al parecer, los uniformados centraban sus actuaciones en los negocios latinos de la zona, a los cuales les avisaban cuando serían inspeccionados o ayudaban a retirar multas por infracciones.

A cambio de esta “protección” policial, los agentes supuestamente recibían sumas de más de quinientos euros, copas y regalos.

En la investigación también han sido imputados quince empresarios de la noche acusados por un presunto delito de cohecho (soborno a funcionario público).

“La gente si decía que tal discoteca estaba comprada, que uno podía ir tranquilo porque no iba a ir la policía”, señala el dependiente de un locutorio de la zona que prefiere mantener el anonimato “para evitar problemas”. “Por aquí pasa la policía todo el día y toda la noche”, subraya.

‘EL EJE DEL MAL’
Y es que la presión policial se ha convertido en un dolor de cabeza para los locales latinos en los últimos años.

“La policía llama el eje del mal a los discotecas para inmigrantes”, cuenta el propietario de un bar colombiano en el distrito de Latina.

“A mi no me pidieron dinero de frente, pero estoy seguro que el acoso que nosotros vivimos era para sacarnos algo”, subraya este colombiano que tuvo que soportar que los agentes de la policía municipal entraran a su negocio cada ocho o quince días a pedirle siempre los mismos papeles. “Por aquí se oyen muchas cosas de ciertos locales…”, remata.

El dueño de una discoteca en Fuenlabrada señala que, aunque en su ciudad nunca ha oído hablar de extorsiones, “si me parece raro que en Madrid haya ‘amanecederos’ al frente de la policía y nadie diga nada. Nosotros en cambio tenemos cuatro o cinco coches policiales a las 6 de la mañana para vigilar que cumplimos con el horario de cierre”, afirma.

A pesar de que se resiste a hablar de persecución contra los negocios latinos, si cree que la policía es mucho más estricta con ellos que con los españoles.

La presión policial se extiende también a los locutorios, quienes además de redadas en su interior tienen que soportar todo tipo de controles cada determinado tiempo.

“Hace dos años me llamó un señor a venderme publicidad en una revista de la policía. Me dijo que me convenía comprarla...”, asegura el propietario de un locutorio en Carabanchel Alto.

“Y que va a hacer uno, ¿a denunciar a un policía con otro policía?”, se pregunta.

Yolanda Villavicencio, diputada colombiana en la Asamblea de Madrid, se reunió varias veces en 2009 con empresarios de la noche latina. “la gente se quejaba mucho de la presión policial, comentaban que les pedían dinero y que incluso cuando les daban, ellos les decían que era muy poco, que el del lado les daba más. Los animamos a denunciarlo, pero nadie se atrevió por miedo a perder su negocio”, asegura Villavicencio.

fuente: latino

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