El arrepentimiento de Sergi Xavier Martín (EL AGRESOR DEL TREN)



Gustavo Franco Cruz
T.L.
“Yo, de racista nada”, dijo Sergi Xavier Martín en el portal de su casa a los medios, pocos días después de haber insultado, golpeado y pateado a una joven ecuatoriana de 15 años, el 7 de octubre de 2007, en un tren de ferrocarriles catalanes. Luego, aparecía desafiante ante el lente de los periodistas, que intentaban robarle sus gestos con sorna. Pero ayer su actitud fue bien distinta. Parecía arrepentido: “Siento mucho lo que hice”, dijo a la jueza.

Un tío de Sergi y una mujer que le acompañaba, permiten dudar seriamente de este sentimiento. “¡Arriba España!”, dijo el familiar. La mujer: “!Tenían que haberle pegado una patada en el coño! Los inmigrantes nos hacen daño”, añadió la mujer, antes de que sean expulsados de la sala. Sergi no es el único que podría ratificar las palabras que dijo hace ya 16 meses. Para quien no las recuerde, ayer la Fiscal volvió a pronunciarlas como un conjuro: “Aquí también hay una puta inmigrante de mierda. Aquí vienes a zorrear”, mientras le daba pellizcos en el pecho, antes de darle una patada en el rostro.

Su arrepentimiento no debe ser atenuante para que reciba castigo por lo que hizo. “Es una simple agresión, no debe ser una pena tan grave”, comentaban unos becarios de la Audiencia Provincial de Barcelona, que presenciaron el juicio. Pero es que el castigo o la sentencia, debería reflejar el espíritu racista de la agresión y no sólo su consecuencia física y sicológica en la víctima. Esto lo diferenciaría de una “simple agresión”.

La estrategia de la defensa
El abogado de Sergi Xavier Martín tuvo que recurrir a estrategias maquiavélicas, para cuestionar la denuncia de la joven ecuatoriana. Según éste, si los medios no hubieran difundido las imágenes tomadas por la cámara de seguridad, el caso no habría llegado a este punto.

Como periodista, es evidente que rechazo de plano este argumento. Pero es interesante explicarlo. El Consejo Audiovisual de Cataluña se refirió días después de los hechos, a la discreción que debe tener la difusión de imágenes relacionadas con menores víctimas de agresiones. Es cierto que se repitió hasta la saciedad, con exceso también, que no todos los periodistas son iguales y que hay unos más responsables que otros.

Pero también es cierto que si el video no habría llegado a los medios, la agresión no habría tenido la repercusión que tuvo. ¿Acaso es menos grave decir 'inmigrante de mierda' y dar una patada en la cara a una niña de 15 años, si no existe un registro audiovisual? ¿Es más grave porque existe el video? Mi respuesta para ambas preguntas es NO. Y lo dijo claramente la jueza: la difusión de la agresión no menoscaba el derecho de la víctima a denunciar a su agresor.

El argumento del abogado de Sergi Xavier Martin, es el mismo que emplean los corruptos. "Si los medios no lo difunden, no pasaría nada", suelen decir. Vaya arrogancia. Pues resulta que nuestra labor es ésa, dar a conocer el lado oscuro de la sociedad, que los errores humanos no queden impunes. Si el video de la patada en el tren no se hubiera puesto en mano de los periodistas, los golpes del muchacho habrían sido puestos en duda por más de uno. Así como la motivación racista, reflejada en sus palabras que repitió hasta que se bajó del vagón. Pero por suerte, las imágenes llegaron a las manos de un periodista.

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