Agentes ciudadanos para frenar rumores

El conocimiento de datos, estadísticas y leyes puede enterrar para siempre muchos tópicos.

ELENA PRIETO

Por la calle de Barcelona circulan rumores sobre los inmigrantes que el boca a boca ha ido consolidando como verdaderos. Se trata de etiquetas o supuestos que no se corresponden con la realidad, pero que merman la convivencia entre catalanes de origen y de adopción. Consciente de esta realidad, el Ajuntament de la Ciudad Condal ha creado una Xarsa Antirumors, a través de la cual se promueve la formación y la creación de materiales informativos que desmonten estas falsas verdades.

Un cómic, una página web, un manual informativo, debates ciudadanos en los barrios o cursos gratuitos de formación de agentes anti rumores han sido las actividades que ya se han ejecutado. Mercè, un ejemplo Mercè Sala es la presidenta del Esbart Folklòric d’Horta. Su “barriopueblo”, como ella misma lo defi ne, es una de las zonas que recibe menos inmigración, aunque ha ido en aumento en los últimos años. Y precisamente por este motivo, cree que es fundamental que esta entidad, que trabaja por el mantenimiento y la difusión de la danza tradicional popular catalana, se convierta en un espacio abierto a todos los niños. A través de su implicación en el mundo asociativo, llegó a sus oídos la consolidación de la Xarxa Antirumors y no lo dudó.

Unas semanas más tarde era una de las 150 personas que acudían a los cursos gratuitos de formación en la materia impartidos por el Ayuntamiento. “Analicé mi propia percepción, y me di cuenta de que todos somos propagadores de rumores. Comencé a pensar que si la sociedad toma esta dirección, no podrá funcionar bien nunca”, admite esta catalana. Mercè es ahora una agente anti rumor, lo que signifi ca que ha adquirido los conocimientos necesarios para poder rebatir algunos de los estereotipos más clásicos ligados a la inmigración. “Prácticamente todo el mundo ha oído o propagado alguna vez un rumor sobre los inmigrantes en general o sobre algún colectivo en particular. Incluso los mismos inmigrantes dan validez a algunos tópicos. En estos cursos hemos trabajado sobre los 12 más habituales, ésos que todo el mundo ha oído alguna vez y que se oyen en todos lados: en la calle, en el mercado...”, afi rma.

Pequeños datos

“Antes quizás escuchaba algún comentario e interiormente pensaba que no podía ser. Pero no sabía cómo combatirlo. Y ahora tengo algunos conocimientos más sobre estos aspectos, pequeños datos que me sirven para poder frenar un rumor. Además, he aprendido la forma de hacerlo. Hay que convencer a la gente, no criminalizarla, porque todos hemos sido transmisores de rumores”, explica Mercè orgullosa. Y por ejemplo, cuando escucha ahora que los inmigrantes no pagan impuestos, puede explicar que uno de los requisitos básicos para la renovación del permiso de trabajo es que presenten los certifi cados de estar al día en el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social y a Hacienda o que la razón por la que la tienda regentada por un pakistaní, un chino o un peruano está abierta siempre a todas horas es porque la normativa catalana de horarios comerciales establece que los comercios de alimentación de menos de 150 metros pueden abrir sin limitación horaria todos los días del año a excepción de los festivos de cierre obligatorio. Es decir, “pequeñas pinceladas que parece que van calando”, como reconoce Mercè.

“Lo bueno es lograr encontrar un agente multiplicador. Y, por ejemplo, los ancianos serían los mejores para ello. Porque tienen mucho tiempo, hablan mucho y son los que más hacen caso y propagan más estereotipos. Además, ¡si se dieran cuenta de lo importante que resulta este colectivo en su realidad! Si conseguimos convertirlos en agentes anti rumores, ¡acabaríamos con el problema!”, exclama Mercè con convencimiento, y añade que también sería importante “llegar a los jóvenes, porque viven en lo más calentito del problema y no lo entienden”. A pesar del positivismo sin fi n que transmite Mercè en todo momento, también reconoce con negatividad que la inmensa mayoría de sus compañeros agentes anti rumores son de origen inmigrante. “Es importante que ellos también se involucren, pero creo que puedo ser más creíble yo para la gente. A un colombiano, por ejemplo, siempre le pueden decir: ¡Claro, tú qué vas a decir!”, reconoce esta catalana.

fuente: sí se puede

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin arraigo por no "participar en redes sociales"

Los extranjeros estrenamos nuevo NIE con chip

Cursos para Inmigrantes sin papeles 2023- Solicítalos Gratis