Tradiciones importadas

Cada persona que se traslada de su país a otro para trabajar, lleva consigo su tradición cultural, la historia así lo demuestra. La emigración existe desde siempre, pero sus costumbres y celebraciones poco a poco han sido reconocidas, valoradas como aporte cultural y conocimiento a los autóctonos. En Catalunya, se estima que se hablan unas 400 lenguas. Esto significa la pluralidad de inmigrantes que residen en la comunidad autonómica y su bagaje cultural.

Tan solo los emigrantes que llegan de Latinoamérica, importan a esta nación una infinidad de fiestas tradicionales algunas dedicadas a los santos patronos de cada país y, otras dedicadas evidentemente a las celebraciones familiares, que festejan algún acontecimiento especial en la vida, llámese comuniones, bodas o cumpleaños.

Unas de las celebraciones que llama la atención a los europeos y que varía según el país de origen del que proviene el emigrante, es la fiesta de mayoría de edad en los hombres, los dieciocho años. El paso de los varones a la edad adulta se festeja en el “cumpleaños número 18”, que significa el acceso a la mayoría de edad.

Esta fiesta es parecida a la celebración de las chicas en sus quince años, en la que la familia orgullosa presenta en sociedad a la niña que se ha convertido en mujer, lo más parecido en España es la “puesta de largo” que algunas familias pudientes celebran, no en el quinceavo aniversario de la niña, si no al llegar a los dieciocho.

“Todos los cumpleaños son iguales, pero en las mujeres a sus quince años y en los hombres a los dieciocho años es algo especial” explicó Teresa Alcántara, una madre de origen peruano que organizó la fiesta de su hijo en Rubí, con la intención de mostrar a los amigos una de las celebraciones más tradicionales y familiares que existen en su país.

Las fiestas de los “quince años” en las chicas y de los “dieciocho” en los chicos, por lo general, es parecida porque se trata de una fiesta elegante, en función del poder adquisitivo de la familia y, contempla varias formalidades en el protocolo. “Yo he ido en Lima a cumpleaños de quinceañeras y de dieciocho años muy ostentosos como también a muy sencillitos, cada uno se las arregla como puede, lo importante de esta celebración es que se hace con la unidad familiar”, señala Teresa.

Dentro de las formalidades similares entre una fiesta y la otra, las chicas al celebrar sus quince años van con un vestido blanco, en el caso de los dieciocho años en los varones van con traje, se invita a los amigos y familiares, todos sentados en mesas previamente decoradas. Se organiza una comida o cena para los invitados con bebidas diversas, excepto las alcohólicas. “Contratamos un local en Rubí, y cuando fuimos a cenar, mi hijo se encontró algunas jefas mías, amigas, sus compañeros del barrio, sus compañeros del colegio, que habían quedado para verse después de las diez, fue una sorpresa para él” explica con entusiasmo Teresa a Som Llatins. “Cuando mi hijo entró cantamos la canción del Happy Birthday que es típico de allá, luego viene el baile del aniversario o vals. En los dieciocho años, los chicos bailan con la mamá” añade Teresa. Posteriormente, se realiza un brindis ante todos los invitados con champagne.

No hay que olvidar que ambas fiestas van de acuerdo al gusto de los festejados, de los padres y del país latinoamericano. Una fiesta muy familiar y tradicional que cada vez, se con más frecuencia en Europa.

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