"España necesitará más inmigración de cara al futuro"
- El país perderá medio millón de habitantes en la próxima década.
- Según cálculos del INE el número de españoles que emigrarán superará al de inmigrantes que llegarán a España a trabajar.
- La mayoría de bebés nacidos en España en los últimos años han sido hijos de madres extranjeras.
V.VICENTE
Madrid
España es hoy uno de los países con la población
más envejecida de Europa y las previsiones demográficas no parecen muy
esperanzadoras. Dentro de 10 años en este país residirían 1,4 millones
más de personas mayores de 64 años, un 17,8% más que en el momento
actual.
La preocupante predicción procede del Instituto Nacional de Estadística (INE), que calcula que en 2021 la población en España se reducirá en unas 500.000 personas, un 1,2%, cayendo hasta los 45,5 millones de habitantes, según el documento Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011-2021, publicado esta semana.
El cambio de ciclo demográfico a lo largo de esta década parece estar ligado a la combinación de dos factores.
Por un lado se reducirá la natalidad y aumentarán las defunciones, a lo que hay que sumar que el número de españoles que emigrarán superará al de inmigrantes que llegarán a España a trabajar, según cálculos del INE.
Por ejemplo, y de acuerdo a los últimos datos, ya a finales de este 2011 habrán llegado a España unas 450.000 personas, mientras que un total de 580.850 habrán abandonado España para residir en el extranjero, la diferencia será de unas 130.000 personas menos residiendo en el país.
¿Qué papel juega la inmigración en este nuevo escenario de cara al los años veinte de nuestro siglo?
Según Rosa Aparicio, catedrática en Sociología e investigadora del Instituto Ortega y Gasset, la crisis ha supuesto una importante disminución de la llegada de inmigrantes dado que la demanda de ocupación es menor, pero esto no significa que España pueda prescindir de sus inmigrantes, tanto en lo demográfico como en lo económico.
“La disminución de la actividad económica ha hecho descender la demanda y a partir de ahora probablemente llegará otro tipo de inmigración más cualificada, pero los movimientos migratorios no se detienen. Porque siempre va a haber sectores de producción que necesiten mano de obra extranjera, en España y en cualquier otro país. Los españoles seguirán saliendo y los extranjeros seguirán llegando”.
Según cálculos del INE la población entre 20 y 44 años es el sector que decrecería con especial intensidad, sufriendo una reducción de 3,7 millones de efectivos (un 21,3%) en los próximos diez años.
El dato implica una disminución de personas en edad activa y fértil lo cual no ayuda en absoluto de cara a mantener mínimamente el Estado del Bienestar. “Si a esto sumamos que los inmigrantes que llegan al país lo hacen en edad de trabajar y formar familias, obviamente España seguirá necesitando inmigración”, explica Aparicio.
“Los jóvenes españoles muy cualificados, como ya sucedió en su día con los médicos, salen del país en busca de mejores oportunidades, esos huecos en España no los cubre si no la inmigración”, continúa la catedrática.
MENOS NACIMIENTOS
Además de la descompensación entre las entradas y las salidas del país, el crecimiento vegetativo -el saldo que se obtiene tras comparar nacimientos y defunciones- será negativo a partir de 2019. Y la caída será continua hasta 2020, cuando ya habrá cerca de 19.000 muertes más que partos. En términos de natalidad la catedrática recuerda que en los últimos años la mayor proporción de bebés nacidos en España han sido hijos de madres extranjeras.
“Se necesita inmigración cuando hablamos de producción, tal vez ahora menos, pero la necesidad no desparece. Y cuando entramos en el terreno de la demografía la necesidad es aún mayor”.
La preocupante predicción procede del Instituto Nacional de Estadística (INE), que calcula que en 2021 la población en España se reducirá en unas 500.000 personas, un 1,2%, cayendo hasta los 45,5 millones de habitantes, según el documento Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011-2021, publicado esta semana.
El cambio de ciclo demográfico a lo largo de esta década parece estar ligado a la combinación de dos factores.
Por un lado se reducirá la natalidad y aumentarán las defunciones, a lo que hay que sumar que el número de españoles que emigrarán superará al de inmigrantes que llegarán a España a trabajar, según cálculos del INE.
Por ejemplo, y de acuerdo a los últimos datos, ya a finales de este 2011 habrán llegado a España unas 450.000 personas, mientras que un total de 580.850 habrán abandonado España para residir en el extranjero, la diferencia será de unas 130.000 personas menos residiendo en el país.
¿Qué papel juega la inmigración en este nuevo escenario de cara al los años veinte de nuestro siglo?
Según Rosa Aparicio, catedrática en Sociología e investigadora del Instituto Ortega y Gasset, la crisis ha supuesto una importante disminución de la llegada de inmigrantes dado que la demanda de ocupación es menor, pero esto no significa que España pueda prescindir de sus inmigrantes, tanto en lo demográfico como en lo económico.
“La disminución de la actividad económica ha hecho descender la demanda y a partir de ahora probablemente llegará otro tipo de inmigración más cualificada, pero los movimientos migratorios no se detienen. Porque siempre va a haber sectores de producción que necesiten mano de obra extranjera, en España y en cualquier otro país. Los españoles seguirán saliendo y los extranjeros seguirán llegando”.
Según cálculos del INE la población entre 20 y 44 años es el sector que decrecería con especial intensidad, sufriendo una reducción de 3,7 millones de efectivos (un 21,3%) en los próximos diez años.
El dato implica una disminución de personas en edad activa y fértil lo cual no ayuda en absoluto de cara a mantener mínimamente el Estado del Bienestar. “Si a esto sumamos que los inmigrantes que llegan al país lo hacen en edad de trabajar y formar familias, obviamente España seguirá necesitando inmigración”, explica Aparicio.
“Los jóvenes españoles muy cualificados, como ya sucedió en su día con los médicos, salen del país en busca de mejores oportunidades, esos huecos en España no los cubre si no la inmigración”, continúa la catedrática.
MENOS NACIMIENTOS
Además de la descompensación entre las entradas y las salidas del país, el crecimiento vegetativo -el saldo que se obtiene tras comparar nacimientos y defunciones- será negativo a partir de 2019. Y la caída será continua hasta 2020, cuando ya habrá cerca de 19.000 muertes más que partos. En términos de natalidad la catedrática recuerda que en los últimos años la mayor proporción de bebés nacidos en España han sido hijos de madres extranjeras.
“Se necesita inmigración cuando hablamos de producción, tal vez ahora menos, pero la necesidad no desparece. Y cuando entramos en el terreno de la demografía la necesidad es aún mayor”.
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