Una orquesta de niños inmigrantes de Nou Barris gana renombre y se presenta hoy con Franco de Vita en el Palau de la Música
Un total de 72 niños inmigrantes y catalanes de Nou Barris cambiarán hoy sus pequeñas salas de ensayos del centro cívico Les Bases por el Palau de la Música donde se presentarán con el reconocido cantante y compositor venezolano Franco de Vita.
La orquesta infantil Voces para la Integración nació hace apenas año y medio y ha logrado doblar el número de integrantes y captar la atención del famoso artista que, tras conocer el proyecto social, los ha invitado a participar en su concierto de esta noche.
El fundador de la orquesta, Pablo González, se formó en la red de orquestas infantiles de Venezuela, un proyecto social que intenta rescatar, a través de la música clásica, a niños de los barrios pobres y marginados de ese país. González creó en Barcelona la coral y orquesta sobre los mismos fundamentos de la red de orquestas venezolana que ganó prestigio internacional tras haber obtenido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes a finales del 2008.
Debido a que la realidad social de Barcelona dista mucho a la de Caracas, González decidió que el propósito de la orquesta aquí ya no debía ser el rescate de los niños de la pobreza sino la integración de los inmigrantes y catalanes. «Algunos niños tenían riesgo de exclusión porque llegaron desde lugares muy lejanos y con poca familia.
Para ellos, sentirse parte de una orquesta y que los aplaudan en un escenario es muy importante porque refuerza su autoestima», explica González.
La semana pasada los niños ensayaron con Franco de Vita las pistas de la canción seleccionada ante el furor casi descontrolado de sus padres, que no dejaban de sacar fotos y vídeos al artista.
La actuación parecía todo un riesgo porque muchos niños llevan pocos meses practicando con los instrumentos, pero el artista quedó satisfecho con la preparación general del grupo.
De Vita supo del proyecto a través de la Fasamcat, una federación de entidades latinoamericanas en Catalunya, y decidió ofrecerles una pieza en su concierto. «Mi única preocupación es cómo podré meter a tantos niños en el escenario. Tocarán la canción Cántame, que yo había grabado con los niños indígenas pemones en Venezuela. Mi intención era que ellos fueran a conciertos y promociones conmigo pero su religión se lo prohibía», dijo De Vita.
Más profesionales
Después de que Franco de Vita y la cantante Lucrecia hayan mostrado su interés por el proyecto, la orquesta, con un rápido crecimiento, se plantea dividirse. «Tenemos en mente crear varios grupos en función del nivel de cada niño.
Ahora queremos avanzar hacia el modelo de las orquestas juveniles, que son más profesionales», explicó el director. Mientras logran este propósito, los padres se dan por satisfechos porque sus hijos pueden recibir clases gratuitas de música, todo un lujo para las familias trabajadoras.
La orquesta infantil Voces para la Integración nació hace apenas año y medio y ha logrado doblar el número de integrantes y captar la atención del famoso artista que, tras conocer el proyecto social, los ha invitado a participar en su concierto de esta noche.
El fundador de la orquesta, Pablo González, se formó en la red de orquestas infantiles de Venezuela, un proyecto social que intenta rescatar, a través de la música clásica, a niños de los barrios pobres y marginados de ese país. González creó en Barcelona la coral y orquesta sobre los mismos fundamentos de la red de orquestas venezolana que ganó prestigio internacional tras haber obtenido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes a finales del 2008.
Debido a que la realidad social de Barcelona dista mucho a la de Caracas, González decidió que el propósito de la orquesta aquí ya no debía ser el rescate de los niños de la pobreza sino la integración de los inmigrantes y catalanes. «Algunos niños tenían riesgo de exclusión porque llegaron desde lugares muy lejanos y con poca familia.
Para ellos, sentirse parte de una orquesta y que los aplaudan en un escenario es muy importante porque refuerza su autoestima», explica González.
La semana pasada los niños ensayaron con Franco de Vita las pistas de la canción seleccionada ante el furor casi descontrolado de sus padres, que no dejaban de sacar fotos y vídeos al artista.
La actuación parecía todo un riesgo porque muchos niños llevan pocos meses practicando con los instrumentos, pero el artista quedó satisfecho con la preparación general del grupo.
De Vita supo del proyecto a través de la Fasamcat, una federación de entidades latinoamericanas en Catalunya, y decidió ofrecerles una pieza en su concierto. «Mi única preocupación es cómo podré meter a tantos niños en el escenario. Tocarán la canción Cántame, que yo había grabado con los niños indígenas pemones en Venezuela. Mi intención era que ellos fueran a conciertos y promociones conmigo pero su religión se lo prohibía», dijo De Vita.
Más profesionales
Después de que Franco de Vita y la cantante Lucrecia hayan mostrado su interés por el proyecto, la orquesta, con un rápido crecimiento, se plantea dividirse. «Tenemos en mente crear varios grupos en función del nivel de cada niño.
Ahora queremos avanzar hacia el modelo de las orquestas juveniles, que son más profesionales», explicó el director. Mientras logran este propósito, los padres se dan por satisfechos porque sus hijos pueden recibir clases gratuitas de música, todo un lujo para las familias trabajadoras.
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