España: ¿La culpa la tienen los inmigrantes?

Ahora ya no se alaban sus bondades para temas como el mantenimiento del sistema de pensiones

Durante la bonanza española la inmigración aumentó hasta el 12% de la población

Durante la bonanza española la inmigración aumentó hasta el 12% de la población. Ahora, con un desempleo récord que roza el 20% de la población, las críticas y los discursos comienzan a tener en la mira a los inmigrantes. Ya no se alaban sus bondades para temas como el mantenimiento del sistema de pensiones.

El endurecimiento de la Ley de Extranjería, las declaraciones de los partidos y la negativa de varios ayuntamientos para empadronar extranjeros reflejan el nuevo clima.

Más de 5 millones

En una década España pasó de tener algunos inmigrantes a más de 5 millones (la mayoría de ellos latinoamericanos), una de las tasas más altas del mundo.

El aumento iba de la mano de la bonanza de algunos sectores como el inmobiliario. Esa cifra ahora pesa como un lastre en sectores como la Seguridad Social y la educación (de cobertura gratuita) y en los discursos de los partidos, más aún con las altas tasas de desempleo (30% en el caso de los inmigrantes).

Y aunque la llegada de inmigrantes ha disminuido drásticamente, no se prevé un retorno masivo. Los inmigrantes están esperando que la situación mejore.

Pero ¿tienen culpa en esta crisis?

"Esa percepción ya la habíamos anunciado. Los inmigrantes no se han colado en España, se les ha dejado entrar, ningún partido ha controlado el fenómeno porque el mercado español necesitaba mano de obra barata. En muchos casos no se les hizo contrato, el inmigrante se empadronaba y por ende tenía derecho a la sanidad y la educación que pagábamos los españoles. Eso funcionó muy bien para muchos empresarios en la época de vacas gordas pero ahora no", explicó a BBC Mundo Juan Díez Nicolás, catedrático de la Universidad Complutense y uno de los mayores expertos de migración en España.

"De pronto", agregó, "nos encontramos con unas tasas de desempleo enormes. Los inmigrantes que cotizaron están cobrando el paro con la carga que ello supone a la Seguridad Social y los que no cotizaron suponen un problema social: ¿qué hacemos con ellos? Teníamos que separar el permiso de trabajo del de residencia. Los inmigrantes no tienen la culpa de esta crisis, la están sufriendo como los demás. Vinieron a hacer los trabajos que no queríamos los españoles".

Endurecer las leyes

La reciente negativa de varios ayuntamientos (Vic y Salt en Cataluña y Torrejón en Madrid) de empadronar más extranjeros sin papeles ha despertado los temores xenófobos. Toda persona que viva en España está obligada a empadronarse.

No es imprescindible estar regularizado pero la falta del empadronamiento sí impide acceder a derechos como la salud y la educación.

"Antes no se discutía el empadronamiento, entre más gente mejor porque así se justificaban más recursos del gobierno central o de los Fondos Sociales Europeos. En cualquier caso lo de Vic y otros pueblos es algo puntual. Parece que estuviéramos empujando hacia el racismo cuando la xenofobia en España es muy inferior a la que encontramos en otros países europeos, estamos al nivel de Suecia. Aquí no hay un partido mayoritario de extrema derecha como en Italia o Francia. Es verdad que la mayoría de inmigrantes son latinoamericanos que se integran más fácilmente pero creo que los discursos racistas todavía tardarán en aparecer", señaló Nicolás.

No obstante, desde el Partido Popular (partido de derecha) se pide endurecer la legislación sobre el tema.

El gobierno del socialista Rodríguez Zapatero aprobó una reforma de la Ley de Extranjería que ha sido calificada por organizaciones no gubernamentales (ONGs) y asociaciones de inmigrantes como severa.

La Ley restringe la reagrupación familiar al conyugue e hijos menores y agiliza la expulsión de los sin papeles recluidos en los Centros de Internamiento.

"Hay que prohibir las regularizaciones masivas. Si ganamos las elecciones los inmigrantes que deseen renovar sus permisos tendrán que firmar un contrato de integración. Deben comprometerse a cumplir las leyes, a respetar las costumbres españolas, a pagar sus impuestos y a regresar a su país si durante un tiempo no encuentran empleo", indicó Mariano Rajoy, líder del partido opositor, PP.

Restrictivo

Para el ecuatoriano Alfredo Pulupa, presidente de la Asociación Ecuatoriana Puriccuna, "España y en general Europa están girando hacia la derecha. Cada vez hay leyes más restrictivas. Cada día se destruyen en España 7 mil trabajos y uno de los colectivos más golpeados es el inmigrante. Nos ven como culpables, que les estamos quitando los trabajos cuando nuestros nichos de trabajo siempre han sido los mismos, los que los autóctonos no quieren hacer".

Pulupa es comerciante.

Ha sido testigo del éxodo masivo de ecuatorianos hacia España y de su lenta extinción.

Con más de 600 mil personas, el colectivo ecuatoriano es uno de los más grandes de España. "Ya no vienen. Han puesto visados muy complicados y la gente sabe que las cosas están difíciles por aquí. Y los que se van son pocos, la gente está aguantando. Ahora con la crisis nos ven como una carga cuando España y Europa saben que necesitarán millones de inmigrantes en los próximos años", le dijo a BBC Mundo. Juanjo Robledo. BBC Mundo.

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