UN RUMOR ESTREMECE LOS LOCUTORIOS

Efrén Salazar tiene guardados los cuatro ordenadores de su locutorio de Carabanchel (Madrid) desde que escuchó el rumor de que la policía estaba entrando en los locales para inspeccionar las licencias de los programas.

Jesús y Janet, propietarios de sendos locutorios en el barrio madrileño de Usera también oyeron el rumor. También pensaron en guardar los computadores. Pero las cuentas no les cuadraban sin el dinero de internet y decidieron echar adelante con el riesgo.

Como todos los cuentos que pasan de boca en boca, éste tiene parte de verdad y algo de exageración. Desde finales 2008, la poco conocida Asociación de Locutorios y Cibers Españoles (ALYCE) adelanta una campaña de “regularización” de licencias para poner fin a la “competencia desleal”, según advierten en un comunicado.

Anuncian, así mismo, que están “pidiendo ayuda a los fabricantes de software y Ayuntamientos para que pongan freno a este sector salvaje”. La campaña está acompañadas de permanentes alertas sobre nuevas redadas policiales, que son reenviadas a personas relacionadas con el mundo de los locutorios, con lo que la expansión del nerviosismo está asegurada.

Fuentes de la Policía Municipal de Madrid achacan el rumor a un “aumento de la efectividad policial” y subrayan que las inspecciones se “hacen periódica y aleatoriamente, por denuncias o por sospechas de que se está vulnerando la propiedad intelectual”. Descartan, eso sí, que haya una operación especial en marcha.

El rumor no ha llegado a Barcelona y Levante, a pesar de que fue en un juzgado de Valencia donde se dictó una de las sentencias que existen por delito contra la propiedad intelectual. La decisión judicial impone cuatro meses de cárcel al gerente de un cibercafé de la ciudad, más el pago de una multa de 1.920 euros.

LICENCIA O SUSTENTO

José Luis es dueño de un locutorio en Madrid. Hace poco tiempo una clienta le contó sobre las redadas y ahora investiga cómo instalar software libre en sus ordenadores. “Cada licencia de Windows cuesta alrededor de 100 euros, más 150 del paquete de office. Serían 2.500 euros para mis diez computadores, algo casi imposible en las circunstancias actuales”, apunta, preocupado.

Wilson Apolo, en cambio, ya sufrió en carne propia una inspección. “Llegaron al ciber de un pariente y me llevaron. Confiscaron todos los equipos y estamos a la espera de juicio”, asegura. En el locutorio ya compraron nuevos equipos con licencia de Windows, pero lo que más molesta a Wilson es que “el supuesto perito que acompañó a la policía en la inspección, es la misma persona que me atendió después en Rus Comunicaciones”, la empresa donde fueron a organizar las licencias.

Miguel Ángel Barreda es el perito que menciona Wilson. Reconoce que trabaja en Rus Comunicaciones, algo que ve “normal, ya que en Madrid sólo existen cinco peritos independientes. Que yo haya ido es pura coincidencia, a mí me llama Microsoft para hacer el peritaje”. Barreda asegura que las inspecciones casi siempre son ordenadas por el Ayuntamiento, aunque reconoce que a veces son solicitadas por la propia Microsoft.

LA LLEGADA DE GOOGLE

Ramón Dávila, experto en nuevas tecnologías, cree que esta arremetida de controles puede deberse a que a finales de 2010 Google lanzará su sistema operativo. “Va a ser gratuito y parece que muy fácil de usar. Cuando se lance, el problema de las licencias probablemente desaparecerá porque va a haber una alternativa viable. Puede decirse que es el último año del reinado de Microsoft”, recalca Dávila. Una teoría que podría explicar que antes las licencias de Microsoft se alquilaban por un año, mientras que 2010 se rentan a perpetuidad.

¿QUÉ HACER?

- Si sus ordenadores son medianamente nuevos, es probable que cuenten con licencia de Windows, el sistema operativo. Compruébelo con un técnico y, si efectivamente cuenta con Windows original, ya tiene ganada la mitad de la legalidad. El paso siguiente es que el técnico instale programas de software libre: que cambie Explorer por Mozilla (u otro), Word por Open Office, etcétera. Reemplace todos los programas que requieran licencia.

- Si no tienen licencia de Windows, una opción puede ser instalar Linux, el único sistema operativo libre. Los expertos advierten que su manejo es complicado.

- Las otras dos opciones para quien no cuente con Windows original son: comprar la licencia o esperar –con los dedos cruzados para que no le toque una inspección- hasta que a finales de año salga el sistema operativo de Google. Esta última opción es algo arriesgada porque está por verse la compatibilidad de Google y no está claro si también será gratuito para explotación comercial.

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