280 MIL LATINOS NACIONALIZADOS

Olvídese de la X: hágase español
Andrés Restrepo Latino
En estos tiempos de crisis económica y de endurecimiento de las leyes de extranjería, el pasaporte y el DNI español adquieren mucho más sentido.

Nacionalizarse significa tener voz y voto en las decisiones políticas, acceder al empleo y a las ayudas públicas en igualdad de condiciones o, simplemente, soñar con nuevos horizontes en alguno de los veintisiete países que conforman la Comunidad Europea. Además, la nacionalidad española no se pierde, aunque viva el resto de su vida fuera del país.

Los vínculos históricos entre la “madre patria” y nuestros países permiten que los latinoamericanos podamos optar a la nacionalidad española tras sólo dos años de residencia. Una ventaja enorme si se compara con los diez años que se le exige al resto de extranjeros o los cinco que se les pide a los asilados políticos.

De esta manera, los latinos dominan la cifra de nacionalizados en 2008: de los 84.171 nuevos españoles, 65.678 habían nacido en América Latina. Ecuatorianos (25.536) y colombianos (15.409) encabezan, de lejos, las estadísticas de extranjeros naturalizados el año pasado.

En tercer lugar están los originarios de Marruecos, seguidos por peruanos, argentinos y dominicanos. Si echamos la vista atrás, destaca el aumento de concesiones de nacionalidad en los últimos años.

Mientras en 2000 se hicieron españoles 18.042 personas, en 2008 fueron 138.937, lo que significa un 670 % más. De los 376.573 extranjeros nacionalizados entre 2000 y 2008, 281.855 son latinoamericanos (un 75%).

Una escalada de nuevos ciudadanos con poder de decisión sin precedentes en España. Un sector de la población que ningún político podrá ignorar si quiere gobernar para todos.