Casi la mitad de los españoles tiene una primera imagen negativa de la inmigración

La primera imagen que les viene a la cabeza al hablar de la inmigración a casi la mitad de los españoles es negativa, a pesar de que la respuesta más repetida se asocie con la "necesidad que tienen de venir a trabajar". La actual crisis ha elevado el rechazo de la población española hacia los inmigrantes, el número se considera "excesivo", y ha aumentado la demanda de políticas migratòrias más restrictivas.

El informe 'Evolución del racismo y la xenofobia en España (2009)' elaborado por el Observatorio del Racismo del Ministerio de Trabajo e Inmigración, refleja en 400 páginas el avance de la menor receptividad ante el inmigrante y la consolidación de una imagen negativa que la asocia al deterioro de las condiciones laborales.

De esta forma, "mientras que las imágenes que cabría calificar de negativas reúnen concretamente el 47% de las menciones, las positivas quedan restringidas al 39 %", de los encuestados, según las 2.800 respuestas de la encuesta anual del Observatorio, que se realiza desde 2005

Así, se desprende que la palabra inmigración principalmente se vincula a trabajo: "necesidad de venir a trabajar", con el 17 % de las menciones. Le sigue otra referencia positiva: "pobreza y desigualdad", con un 10 %; mientras que el "sentimiento de empatía y solidaridad" recoge el 7,5 % de las primeras impresiones.

“Invasión descontrolada”

Frente a estas categorías genéricas, también tienen presencia las negativas, que denotan sentimientos de rechazo a la inmigración. De ellas, la más mencionada es precisamente la que incide en el "aumento desmedido de inmigrantes". Por su parte, el sentimiento de invasión se adopta en distintas expresiones: "invasión descontrolada", "hay demasiados", "masificación", "no hay trabajo para tantos", "que no vengan tantos", "ocupación", "mucha gente", "saturación" o "son muchos".

Pese a la contención de los flujos migratorios, debido al nuevo escenario laboral y a un mayor control de inmigrantes en situación ilegal, la transigencia con el extranjero se hace depender cada vez más de las necesidades laborales y de su capacidad de integrarse, según las respuestas recogidas por el Observatorio de la Inmigración.

Aumento de la inseguridad

De acuerdo con dicha encuesta lo más negativo que se destaca de la inmigración es el aumento de la delincuencia y de la inseguridad (33%). A ello sigue los "Problemas de integración y choque cultural", con un 11%, expresados de manera genérica: "crean guetos", "la falta de integración de algunos", "ciertas costumbres", "no se quieren adaptar".

El análisis concluye que el 37% de los encuestados son reacios a la inmigración, el 33% tolerantes y el 30% ambivalentes.

Respecto a si las leyes que regulan la entrada y permanencia de extranjeros son laxas o restrictivas, el 42% opina que son "demasiado tolerantes" -un porcentaje superior a años anteriores-, frente a sólo un 5% que las cree "más bien duras".

Además, el 39% de los encuestados opina "muy aceptable" que "se expulse del país a los inmigrantes legalmente instalados que cometan cualquier delito", y un 29% lo valoran "bastante aceptable". Esto último supondría un ascenso del acuerdo en dieciocho puntos respecto a 2005.

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