Los españoles exageran al alza la presencia inmigrante
- Se percibe a los extranjeros como el 21% de la población cuando en realidad suponen un 12%.
- Los ciudadanos creen que los inmigrantes reciben del Estado más de lo que aportan.
- Valoran, no obstante, la inmigración como impulsora de la natalidad.
Desde el estallido de la crisis en 2008 la recesión económica ha servido, entre otras cosas, como abono para acentuar una visión distorsionada de la inmigración que, a su vez, ha supuesto el caldo de cultivo idóneo para desarrollar una política migratoria de mano dura, en la que se ha utilizado la figura de los recién llegados como cabeza de turco para todos los males del país.
Tanto es así que la mayor parte de los ciudadanos cree que los extranjeros suponen el 21,3% de la población total española, cuando en realidad, suponen un 12%, casi la mitad de lo que la sociedad percibe.
Son datos procedentes del informe 'Evolución del racismo y la xenofobia en España 2010' publicado recientemente y elaborado por el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe) a partir de una encuesta del CIS de 2009, que revela que el 40% de los encuestados está a favor de que los inmigrantes abandonen el país si han perdido su empleo.
Según explican los autores de la investigación, la tendencia a percibir la magnitud de la población inmigrante de un modo muy superior al que revelan las estadísticas no es ajena a la actual situación socioeconómica, así como tampoco al tratamiento informativo que la prensa hace del fenómeno migratorio en España, “quienes contribuyen a crear una imagen distorsionada de los inmigrantes que no se corresponde con la realidad vivida”.
Algo similar sucede con respecto a las ayudas sociales. Pese a que numerosos y recientes estudios demuestran que los inmigrantes aportan al Estado español en términos económicos más de lo que han obtenido de él, la perseverancia de la crisis y sus nietos (desempleo y recortes), genera entre la población un sentimiento de aversión y desconfianza construido a golpe de mitos.
Así, aún con los datos en contra, en un contexto de crisis económica el 34% de los encuestados opina que el inmigrante “recibe del Estado más de lo que aporta”, evidenciando así un ascenso en la imagen estereotípica del extranjero como acaparador de prestaciones sociales: sanidad, vivienda, desempleo, educación, etc.
"NO SE AJUSTA A LA REALIDAD"
Sin embargo, concretamente, en términos de gasto sanitario, un reciente estudio de La Caixa destaca que los inmigrantes consultan un 7% menos al médico de cabecera y un 16,5% menos al especialista. Un dato de especial importancia, ya que el gasto sanitario sigue siendo "considerablemente inferior al porcentaje de inmigrantes sobre la población".
Se trata, según explica el estudio, de “una generalización de la imagen del inmigrante como una persona que esquilma el sistema de servicios sociales creado y costeado por la población autóctona […] una imagen sobredimensionada de los efectos negativos de la población extranjera que no se ajusta a la realidad”.
NATALIDAD Y FUTURO
Pese a que las cifras dibujan un empeoramiento generalizado de la percepción de la población inmigrante como consecuencia de una crisis económica que no termina de atenuarse, el estudio recoge la persistente valoración positiva de los inmigrantes como potencia rejuvenecedora de una población que no deja de arrugarse.
Según detalla el informe, entre los encuestados hay un mayor consenso a la hora de destacar la contribución de la inmigración al desarrollo demográfico, y entre los especialistas no hay duda. “De no ser por la contribución de los inmigrantes, tanto por el impacto directo de sus llegadas como por su natalidad, el crecimiento de la población española habría sido casi nulo”.
A lo largo de 2010, en España no nacieron ni medio millón de bebés, lo que supone una reducción de casi un 2% respecto al año anterior y coloca la tasa de natalidad a su nivel más bajo desde 2003, según la Encuesta Movimiento Nacional de la Población difundida la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Tanto es así que la mayor parte de los ciudadanos cree que los extranjeros suponen el 21,3% de la población total española, cuando en realidad, suponen un 12%, casi la mitad de lo que la sociedad percibe.
Son datos procedentes del informe 'Evolución del racismo y la xenofobia en España 2010' publicado recientemente y elaborado por el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe) a partir de una encuesta del CIS de 2009, que revela que el 40% de los encuestados está a favor de que los inmigrantes abandonen el país si han perdido su empleo.
Según explican los autores de la investigación, la tendencia a percibir la magnitud de la población inmigrante de un modo muy superior al que revelan las estadísticas no es ajena a la actual situación socioeconómica, así como tampoco al tratamiento informativo que la prensa hace del fenómeno migratorio en España, “quienes contribuyen a crear una imagen distorsionada de los inmigrantes que no se corresponde con la realidad vivida”.
Algo similar sucede con respecto a las ayudas sociales. Pese a que numerosos y recientes estudios demuestran que los inmigrantes aportan al Estado español en términos económicos más de lo que han obtenido de él, la perseverancia de la crisis y sus nietos (desempleo y recortes), genera entre la población un sentimiento de aversión y desconfianza construido a golpe de mitos.
Así, aún con los datos en contra, en un contexto de crisis económica el 34% de los encuestados opina que el inmigrante “recibe del Estado más de lo que aporta”, evidenciando así un ascenso en la imagen estereotípica del extranjero como acaparador de prestaciones sociales: sanidad, vivienda, desempleo, educación, etc.
"NO SE AJUSTA A LA REALIDAD"
Sin embargo, concretamente, en términos de gasto sanitario, un reciente estudio de La Caixa destaca que los inmigrantes consultan un 7% menos al médico de cabecera y un 16,5% menos al especialista. Un dato de especial importancia, ya que el gasto sanitario sigue siendo "considerablemente inferior al porcentaje de inmigrantes sobre la población".
Se trata, según explica el estudio, de “una generalización de la imagen del inmigrante como una persona que esquilma el sistema de servicios sociales creado y costeado por la población autóctona […] una imagen sobredimensionada de los efectos negativos de la población extranjera que no se ajusta a la realidad”.
NATALIDAD Y FUTURO
Pese a que las cifras dibujan un empeoramiento generalizado de la percepción de la población inmigrante como consecuencia de una crisis económica que no termina de atenuarse, el estudio recoge la persistente valoración positiva de los inmigrantes como potencia rejuvenecedora de una población que no deja de arrugarse.
Según detalla el informe, entre los encuestados hay un mayor consenso a la hora de destacar la contribución de la inmigración al desarrollo demográfico, y entre los especialistas no hay duda. “De no ser por la contribución de los inmigrantes, tanto por el impacto directo de sus llegadas como por su natalidad, el crecimiento de la población española habría sido casi nulo”.
A lo largo de 2010, en España no nacieron ni medio millón de bebés, lo que supone una reducción de casi un 2% respecto al año anterior y coloca la tasa de natalidad a su nivel más bajo desde 2003, según la Encuesta Movimiento Nacional de la Población difundida la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
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