Lo abandona a 200 metros del hospital y tira el brazo en la basura


Franns Rilles Melgar en el hospital.
Tribuna Latina. El 28 de mayo, a la una de la madrugada, Franns Riller Melgar trabajaba como todas las noches desde hacía dos años en una panificadora de Real de Gandia, municipio valenciano de poco más de 2.000 habitantes. Melgar es un boliviano de 33 años, que sufrió un brutal accidente: una máquina de cortar la masa tronchó y trituró parte de su brazo izquierdo.
El propietario de la panificadora subió a Melgar en un coche y lo abandonó a 200 metros de un hospital, volvió al lugar del accidente, limpió la sangre, cogió la extremidad y la lanzó a un contenedor de la basura, donde la Guardia Civil, alertada por médicos del hospital, la encontró junto a una masa de pan. Sin embargo, ya era tarde, el estado necrónico del brazo impidió que se lo pudieran implantar.

"El me dijo que tenía papeles y yo le creí", dijo el empresario Juan Rovira a la Cadena Ser. Pero cuando dejó a su trabajador tirado en la calle, le ordenó: "Si te preguntan, comenta que tuviste un accidente, pero no digas nada de la empresa". Rovira aseguró al diario El País, que el boliviano "se encontraba ebrio" cuando ocurrió el accidente.

Después de ser atendido en el centro hospitalario de Gandia, el trabajador fue trasladado a otro hospital de la ciudad de Valencia, donde fue ingresado en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI).

Aunque Rilles Melgar ya salió de la Unidad de Cuidados Intensivos, pero aún continúa en estado grave porque la succión de la máquina le desplazó el pulmón y causó problemas cardiacos.

El sindicato Comisiones Obreras (CCOO) se personará contra el empresario por un delito contra el derecho de los trabajadores y otro de omisión de socorro.

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