300.000 inmigrantes han vuelto a su país por culpa del paro

# Solo una minoría se ha acogido a los programas de retornos asistidos
# • La tasa de desempleo de los foráneos en Catalunya casi triplica la de autóctonos

El paro les condena al regreso. Más de 300.000 inmigrantes que residían en España han vuelto en el último año a sus países de origen tras perder su empleo. La cifra parte de los cálculos realizados por el antropólogo Miguel Pajares, quien está elaborando un informe sobre este fenómeno para el Ministerio de Trabajo. Ayer, este experto presentó un estudio realizado para la Fundació Jaume Bofill sobre la situación laboral de los inmigrantes que muestra que, en Catalunya, el 30,5% de la población extranjera está desempleada. Esta proporción casi triplica la tasa de la población autóctona, que se sitúa en el 12,7%. En el colectivo de foráneos, el paro afecta más a los hombres que a las mujeres. Además, tres de cada cuatro puestos de trabajo perdidos en un año pertenecían a la economía sumergida.
"El retorno más significativo es el que se está produciendo en silencio", afirmó ayer Pajares tras destacar que solo una minoría --poco más de 6.000 personas-- se ha acogido

a los programas de retornos asistidos, en comparación con los más de 300.000 inmigrantes que han vuelto por su cuenta. El antropólogo ha estimado esta cantidad de regresos en función, entre otras fuentes, de la estadística de variación residencial del padrón. Sin embargo, Pajares considera que estos miles de retornos, protagonizados principalmente por rumanos y latinoamericanos, no son una tendencia masiva si se tiene en cuenta que en España hay casi cinco millones de inmigrantes
Según el estudio sobre inserción laboral de la población inmigrante en Catalunya, los marroquís, los ecuatorianos, los senegaleses y los rumanos son las principales víctimas del desempleo. El paro se ha cebado especialmente en ellos porque son los colectivos con más presencia en el sector de la construcción.

EMPLEOS ILEGALES
El análisis, elaborado a partir de los datos extraídos de la EPA (encuesta de la población activa) y de la Seguridad Social, destaca que entre el primer trimestre del 2008 y el del 2009 se han perdido 104.400 puestos de trabajo entre la población inmigrante. De estos, solo unos 20.000 estaban afiliados y trabajaban de forma reglada, lo que significa que tres de cada cuatro desempeñaban su labor en la econo-
mía sumergida. De estas cifras también se desprende el alto porcentaje de trabajo ilegal existente en el sector de la construcción.

"La cantidad de puestos de trabajo no reglados perdidos sorprende porque muchos analistas pronosticaban que, con la crisis, la economía sumergida ganaría peso", afirma Pajares. Incluso así, el experto considera que los problemas con los que están topando los inmigrantes para renovar sus permisos favorecerá el incremento del trabajo ilegal cuando se reavive la actividad económica. La política de renovación exige que al menos se haya cotizado la mitad del año anterior, un requisito difícilmente alcanzable en el actual contexto para muchos foráneos.

El estudio de la Fundació Jaume Bofill confirma que el paro en este colectivo afecta más a los hombres, mientras que apenas se nota entre las mujeres. Es más, los datos de la Seguridad Social apuntan que hubo más de 7.600 nuevas afiliaciones de mujeres extranjeras a finales del año pasado, mientras que los hombres perdían más de 24.000. Esto supone que, en la actualidad, las mujeres representen el 41% de la población extranjera afiliada frente el 37,5% de un año antes. Este fenómeno se explica, según Pajares, porque la hostelería, el comercio y el trabajo doméstico, sectores laborales más frecuentados por las mujeres, han mantenido su actividad pese a la recesión. "Esto nos indica que, en estos momentos de crisis, la ocupación femenina resulta clave en el mantenimiento de bastantes familias inmigradas", apunta el estudio.

SECTORES EN AUGE
En el contexto de crisis hay dos sectores laborales que han ganado trabajadores. Uno de ellos es el de empleadas del hogar, donde tiene mucha presencia el colectivo de mujeres bolivianas. Son muchos los padres de familia de origen boliviano que regresan a su país mientras sus esposas se quedan a trabajar en España cuidando a ancianos o limpiando casas o empresas, a pesar de que muchas no disponen de un contrato laboral porque no tienen permiso de residencia. El otro sector beneficiado es el agrario, donde en los últimos meses ha crecido la presencia de trabajadores de origen marroquí.

La rama de la construcción es la que más afiliados perdió durante el año pasado. En total, 19.755 extranjeros se quedaron sin su empleo en las obras, el 25% de los que había en el sector en el 2007. Por contra, el comercio y la hostelería han ganado nuevos empleados.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
pudriros ijos de puta

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