Hasta siempre Sebastián.
Con apenas 54 años la dama de negro te sedujo y logró arrancarte de entre nosotros.
Pero solo físicamente, estarás entre nosotros siempre, con tus libros, con tus obras, siempre vivirás en la memoria de aquellos que te tenemos afecto sincero, de aquellos que te ganastes el respeto y la amistad.
Vivirás siempre en esos libros escritos y esos trabajos plasmados en cds, en tus colaboraciones, en el archivo, vivirás en el recuerdo de los que te queremos, amigo mío, el que no sabía de horas ni de días cuanod había que dedicarse al trabajo.
Recuerdo un domingo, a eso de las 9 de la noche que te envío un correo y tan solo a los 5 minutos me envías la respuesta, estabas allí,trabajando en el archivo, lo que casi casi era tu casa.
Sabemos que aún no se le ha puesto nombre al nuevo lago de la villa, bien podría llevar el tuyo, en homenaje a tu trabajo, a tu dedicación, a tu entrega, a el rico legado que nos has regalado a todos a través de innumerables libros, ojalá fuera así, sería como si tan solo hubieses cambiado de sitio, pero nada más.
Con la mirada mansa y el andar algo encorvado, detrás del espeso bigote, esa disposición de siempre, esa mano tendida, con tu portafolio como inseparable compañero, estarás por siempre en nuestras vidas, amigo mío.
No te irás nunca, solo que desde hoy para disfrutar de tu compañía tendremos que leerte, por el resto, vivirás siempre con nosotros, por que la dama de negro jamás podrá también llevar tu memoria de entre nosotros.
Un último adiós, amigo, descansa en paz, hasta siempre.
Pero solo físicamente, estarás entre nosotros siempre, con tus libros, con tus obras, siempre vivirás en la memoria de aquellos que te tenemos afecto sincero, de aquellos que te ganastes el respeto y la amistad.
Vivirás siempre en esos libros escritos y esos trabajos plasmados en cds, en tus colaboraciones, en el archivo, vivirás en el recuerdo de los que te queremos, amigo mío, el que no sabía de horas ni de días cuanod había que dedicarse al trabajo.
Recuerdo un domingo, a eso de las 9 de la noche que te envío un correo y tan solo a los 5 minutos me envías la respuesta, estabas allí,trabajando en el archivo, lo que casi casi era tu casa.
Sabemos que aún no se le ha puesto nombre al nuevo lago de la villa, bien podría llevar el tuyo, en homenaje a tu trabajo, a tu dedicación, a tu entrega, a el rico legado que nos has regalado a todos a través de innumerables libros, ojalá fuera así, sería como si tan solo hubieses cambiado de sitio, pero nada más.
Con la mirada mansa y el andar algo encorvado, detrás del espeso bigote, esa disposición de siempre, esa mano tendida, con tu portafolio como inseparable compañero, estarás por siempre en nuestras vidas, amigo mío.
No te irás nunca, solo que desde hoy para disfrutar de tu compañía tendremos que leerte, por el resto, vivirás siempre con nosotros, por que la dama de negro jamás podrá también llevar tu memoria de entre nosotros.
Un último adiós, amigo, descansa en paz, hasta siempre.
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