El 80% de los inmigrantes en Euskadi vive de los ingresos de su trabajo

La gran mayoría de la población inmigrante que vive en el País Vasco (80%) cuenta con ingresos generados por su propio trabajo. De media, ganan 863,49 euros mensuales. Además, el 23% de ellos cuenta con estudios superiores, aunque un 26,7% asegura estar trabajando en puestos inferiores a su formación profesional.

Así lo señalan los datos difundidos por el Gobierno vasco con motivo de la tramitación del III Plan de Inmigración, Ciudadanía 2011-2013 en el Parlamento autonómico. Allí se recordó que hay 144.551 extranjeros empadronados, equivalentes al 6,6% de la población, y que otras 35.000 personas nacidas en el extranjero han adquirido la nacionalidad española. La mayoría de ellos son rumanos, latinoamericanos, magrebíes, portugueses y subsaharianos.

Otro dato que ayuda a derribar el mito sobre que los inmigrantes acaparan las ayudas sociales es el que señala que en Euskadi existen cerca de 56.000 perceptores de las ayudas contempladas en la Renta de Garantía de Ingresos. De ellos, solo el 31% son extranjeros y el resto son ciudadanos autóctonos.

También contribuyen a rejuvenecer la población, ya que la mitad de ellos tienen edades comprendidas entre los 25 y los 44 años, mientras que un 34% tiene menos de esas edad. Sin embargo, con la crisis la llegada de población extranjera ha disminuido considerablemente, pasando de 17.800 personas en 2007 a 5.200 en 2010.

Un 86,9% de los inmigrantes tienen previsto quedarse un periodo de al menos 5 años, mientras que un 75,9% está de acuerdo con la idea de desarrollar su vida en Euskadi.

Por otro lado, el 28,6% de los inmigrantes que viven en el País Vasco asegura haber protagonizado situaciones racistas o xenófobas. Para poner fin a esta situación, el Gobierno vasco está elaborando junto a varias asociaciones en un protocolo para mejorar la protección de las personas inmigrantes que hayan padecido este tipo de agresiones.

La comisión de Políticas Sociales del Parlamento vasco dio luz verde ayer a 92 enmiendas al Plan de Inmigración, Ciudadanía y Convivencia Intercultural que el Ejecutivo autonómico aprobó el pasado mes de noviembre. El común denominador de todas ellas es una apuesta más clara por la integración en lugar de la acogida, debido al descenso de las llegadas de extranjeros a Euskadi.