Inmigrantes con barretina
artículo publicado hace meses por Laia Savall pero que no tiene desperdicio.
07 January 2009 09:33 Laia Savall
Parece ser que el nuevo Pacto Nacional para la Inmigración en Catalunya va a exigir a los inmigrantes que quieran regularizar su situación mediante el arraigo, el conocimiento de la lengua catalana y el entorno social de Catalunya.
Desde mi punto de vista personal tengo que decir que no me parece ni bien ni mal (bueno, quizás miento), simplemente me parece poco serio y quizás algo absurdo. Ahora nuestro chivo expiatorio social número uno, además de ser el último eslabón en escala de derechos y aprobación social, tendrá que saber el catalán. Ahora la fuerza de trabajo barata de muchos empresarios catalanes podrá pensar sus deseos de ser tratados como el resto de trabajadores y ciudadanos en catalán. Ahora podrán pedir explicaciones a los Mossos d’Esquadra en catalán cuando les paren para sus “identificaciones rutinarias” que no recibimos el resto de ciudadanos. Ahora podrán leer e interpretar con claridad las facturas que reciben por el coste de los servicios de urgencias hospitalarias cuando van a hacer una consulta médica, mientras para el resto de mortales el servicio es gratuito.
Señores y señoras que han pensado en esta nueva propuesta para su galería: los inmigrantes, tienen el mismo derecho que cualquier otro ciudadano a pensar, hablar, sentir y vivir como y donde quieran sin que nadie tenga que imponerle de donde es o el idioma que tiene que hablar. Tienen el derecho que les dejemos en paz, y todo el mundo se atreva a opinar sobre qué deben y qué no deben hacer.
Estamos hablando de imponer una educación que en cualquier caso no es obligatoria para el resto de personas que viven y trabajan en nuestro país (pues hablamos de personas mayores de 18 años que ya no entran en edad de educación obligatoria). ¿Quieren darles más oportunidades de integración? Permítanles vivir dignamente. ¿Quieren ofrecerles más nivel educativo? Para empezar dejemos de pensar que son todos unos ignorantes no alfabetizados, y luego démosles la oportunidad para el acceso a formación post-obligatoria (incluso en catalán!).
¿Os creéis que estas personas no tienen intención de integrarse en nuestra sociedad, que no les gustaría ser tratados como el resto de ciudadanos? ¿Que no les gustaría pasar desapercibidos y no siempre llevar la etiqueta de inmigrante? De acuerdo, hagámosles una valoración de su conocimiento del catalán para que puedan integrarse mejor en la sociedad de acogida, pero recordemos que la integración es cosas de dos, por lo que quizás a nosotros también se nos tendría que hacer un examen periódico sobre respeto a los demás. ¿No pasa su integración también por nosotros? ¿Por que la policía catalana deje de pararles día sí día no? ¿Por dejarles de vigilar automáticamente cuando entran en el metro? ¿Por ofrecerles trabajo a su nivel de capacidades? ¿Por aplicar su derecho a voto? ¿Por entender que necesitan lugares de culto religioso dignos igual que los cristianos necesitan sus amplias y abundantes iglesias?
Otro punto absurdo es el de pedirlo únicamente a los que tramitan residencia y trabajo por arraigo. ¿Y es que esos deben ser más catalanes que los demás? ¿Es que los que vienen con permiso de trabajo tienen la “disculpa” de la integración? ¿Es que los que vienen de Madrid o Bruselas, no necesitan también conocer nuestro “seny i rauxa” catalanes? ¿Es que los deportistas de élite venidos en jet privado no deben conocer el “caldo y carn d’olla” como tendrán que hacerlo los que vinieron en una patera? Será cuestión de “lo hacemos con ellos porque con ellos podemos...” Sí, quizás al principio he mentido.
07 January 2009 09:33 Laia Savall
Parece ser que el nuevo Pacto Nacional para la Inmigración en Catalunya va a exigir a los inmigrantes que quieran regularizar su situación mediante el arraigo, el conocimiento de la lengua catalana y el entorno social de Catalunya.
Desde mi punto de vista personal tengo que decir que no me parece ni bien ni mal (bueno, quizás miento), simplemente me parece poco serio y quizás algo absurdo. Ahora nuestro chivo expiatorio social número uno, además de ser el último eslabón en escala de derechos y aprobación social, tendrá que saber el catalán. Ahora la fuerza de trabajo barata de muchos empresarios catalanes podrá pensar sus deseos de ser tratados como el resto de trabajadores y ciudadanos en catalán. Ahora podrán pedir explicaciones a los Mossos d’Esquadra en catalán cuando les paren para sus “identificaciones rutinarias” que no recibimos el resto de ciudadanos. Ahora podrán leer e interpretar con claridad las facturas que reciben por el coste de los servicios de urgencias hospitalarias cuando van a hacer una consulta médica, mientras para el resto de mortales el servicio es gratuito.
Señores y señoras que han pensado en esta nueva propuesta para su galería: los inmigrantes, tienen el mismo derecho que cualquier otro ciudadano a pensar, hablar, sentir y vivir como y donde quieran sin que nadie tenga que imponerle de donde es o el idioma que tiene que hablar. Tienen el derecho que les dejemos en paz, y todo el mundo se atreva a opinar sobre qué deben y qué no deben hacer.
Estamos hablando de imponer una educación que en cualquier caso no es obligatoria para el resto de personas que viven y trabajan en nuestro país (pues hablamos de personas mayores de 18 años que ya no entran en edad de educación obligatoria). ¿Quieren darles más oportunidades de integración? Permítanles vivir dignamente. ¿Quieren ofrecerles más nivel educativo? Para empezar dejemos de pensar que son todos unos ignorantes no alfabetizados, y luego démosles la oportunidad para el acceso a formación post-obligatoria (incluso en catalán!).
¿Os creéis que estas personas no tienen intención de integrarse en nuestra sociedad, que no les gustaría ser tratados como el resto de ciudadanos? ¿Que no les gustaría pasar desapercibidos y no siempre llevar la etiqueta de inmigrante? De acuerdo, hagámosles una valoración de su conocimiento del catalán para que puedan integrarse mejor en la sociedad de acogida, pero recordemos que la integración es cosas de dos, por lo que quizás a nosotros también se nos tendría que hacer un examen periódico sobre respeto a los demás. ¿No pasa su integración también por nosotros? ¿Por que la policía catalana deje de pararles día sí día no? ¿Por dejarles de vigilar automáticamente cuando entran en el metro? ¿Por ofrecerles trabajo a su nivel de capacidades? ¿Por aplicar su derecho a voto? ¿Por entender que necesitan lugares de culto religioso dignos igual que los cristianos necesitan sus amplias y abundantes iglesias?
Otro punto absurdo es el de pedirlo únicamente a los que tramitan residencia y trabajo por arraigo. ¿Y es que esos deben ser más catalanes que los demás? ¿Es que los que vienen con permiso de trabajo tienen la “disculpa” de la integración? ¿Es que los que vienen de Madrid o Bruselas, no necesitan también conocer nuestro “seny i rauxa” catalanes? ¿Es que los deportistas de élite venidos en jet privado no deben conocer el “caldo y carn d’olla” como tendrán que hacerlo los que vinieron en una patera? Será cuestión de “lo hacemos con ellos porque con ellos podemos...” Sí, quizás al principio he mentido.
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