La historia de O.

Llegaste a la playa bien entrada la noche, nervioso, fatigado, meses de caminar, de mal vivir, de juntar hasta el último billete que compraría la esperanza de emprender el camino hacia tus sueños.
Te acompaña tu mujer y tu bebé de meses, la oscuridad al fin se confunde con el olor a sal, a mar............puedes sentir ya que tocas ese sueño.
Muchos como tú también llegan, en total silencio se amontonan en esos 12 metros de longitud que pondrá rápidamente rumbo a tus sueños, a los sueños de los que junto contigo y tu familia persiguen.

Detrás queda el hambre, el negro presente y el seguro futuro de una vida de miserias, donde nada más puede ser peor que lo que atrás entonces dejas, no te dá pena dejar atrás eso, pero se te llenan los ojos de lágrimas con solo pensar que en 3 o 4 años regresarás siendo en tu pueblo una persona importante.

Tu mujer podrá ir con el mejor vstido, tu hijo tendrá sus reyes y tú podrás regalar a tu padre una bomba de agua y hasta es posible que puedas edificar una casa medianamente digna, con suelo de hormigón, con techo de chapas, y por qué no, un baño con ducha e inodoro.

La embarcación parte sin que haya mediado entre los demás una palabra, apretados, con apenas agua y alimentos para 2 o 3 días.

Las primeras horas transcurren con el monótono ruido de motor, pronto amanecerá y la inmensidad del mar será la única compañía, comienzas a distinguir los rostros a tu alrederor, notas que hay más que como tú los acompañan sus mujeres e hijos.

Caras serias, miradas perdidas quizás pensando como tú, haciendo planes, el sol asoma y a las pocas horas su calor se transforma en una verdadera tortura, tienes sed, hambre, tus piernas se entumecen, pero has de ser fuerte, el sueño está más cerca, pronto todo esto quedará atrás.
------------------------------------------------------------------------------------
Otro día, van 4 ya, pero aún no divisan la otra orilla, el motor ha sufrido una avería y se encuentran a la deriva.

Las caras y las miradas son ahora de preocupación, de angustia, a lo lejos pero acercándose a mucha prisa, una tormenta. El mar se agita, son muchos pares de manos que comienzan a achicar el agua que peligrosamente inunda la nave.

Son muchas horas de miedo, de lucha contra la naturaleza, pero nadie deja de hechar agua fuera del bote, ni siquiera los niños lloran, como presintiendo que de hacerlo, los nervios serán aún más enemigos.

Al caer la tarde la calma regresa, la fatiga es notoria, alguien vomita encima de tí, pero parece no importarte, solo te limpias malamente, dejas estar, lo importante es llegar.
--------------------------------------------------------------------------------
Son ya 9 días y no hay agua ni comida, la desesperación se puede palpar, algunos agonizan, y en un pacto sliencioso, cuando fallece el primero, deciden no arrojarlo al mar, que cumpla su sueño, como sea, que llegue.

La sed obliga a beber agua salada, los cadáveres se amontonan y suman ya más de una decena, cierras los ojos, pides a Dios que los ayude, pero cae la noche y junto a ella las esperanzas de que alguien pueda verlos.

Pero Dios no te abandona, no del todo, pero, con desesperación, con impotencia, con un gran nudo en la garganta tocas el cuerpo frío de tu hijo, tu mujer te mira llorando y con un gesto de afirmación confirma la horrible realidad.

Son muchos ya los cadáveres, sientes que el final está cerca, tu cuerpo dolorido, llagado por el sol y el roce, te va abandonado cierras una vez más los ojos, entre un sopor crees sentir que alguien grita ante la presencia de un barco.

Pero ya no tienes fuerza, es mejor dejar que te invada el sueño, te dejas llevar............
-------------------------------------------------------------------------------
Despiertas con lo que parece ser una sirena, sí, vas a bordo de una ambulancia, te has salvado, aunque aún no sabes que tu niño y tu mujer no lo han logrado, solo horas más tarde alguien, que sin contener las lágrimas, te lo dice.

El precio ha sido muy alto, demasiado, de los que contigo viajaban han fallecido 15, y es posible que no sean los únicos.

Las miradas perdidas, sin poder siquiera poder mantenerse en pié, ninguno pudo bajar del barco de la armada por su propio pié, las escenas eran dramáticas, aún para los curtidos policías y los voluntarios.

Son muchos los que no pueden contener las lágrimas, son todos ellos los que a pesar de convivir a diario con estas tragedias no pueden, no quieren entender esta locura, para los periodicos, una noticia más, para el gobierno, una estadística más.

Pero para tí, un recuerdo espantoso, has cruzado sí, pero ahora no sabes si vale la pena.
----------------------------------------------------------------------------------
Estás junto a un semáforo, ahora, sin papeles, vendes pañuelos y te ganas mal la vida, pero comes, estás limpio, hasta dentro de lo ínfimo que ganas llegas a enviar algo de dinero a tus padres.
También te han estafado y has trabajado duro sin recibir nada a cambio.

Ten han detenido, muchas veces, has dormido en celdas y te han castigado físicamente sin razón pero sigues aquí.

Cuando escribes a los tuyos les cuentas la verdad, aquí no es fácil ganarse el pan, es mentira aquello de que llegas y ya está, sin mencionar nunca la pérdida de los tuyos, como homenaje a ellos, pero dentro tuyo, dentro de tus recuerdos, sabes que tu ignota historia se repetirá mil veces, millones de veces.

Es tu historia O, muy similar a la de muchos que como tú han cruzado en busca de el sueño dorado y han encontrado la muerte, la humillación, el hambre, pero que aún así, miles como tú perseveran en malvivir, por que, aún así esto es mejor que tu propia tierra.

Dedicado a los centenares de personas que pierden la vida cada año al intentar llegar en cayucos a España.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin arraigo por no "participar en redes sociales"

Los extranjeros estrenamos nuevo NIE con chip

La otra cara de la crisis: los inmigrantes hispanoamericanos dejan de enviar dinero a sus familias