Tocar el cielo, en Cataluña se puede.

Algunos, en un momento de nuestras vidas, soñamos con tocar el cielo.
Cuando vivía en Uruguay, muchas veces pensé que sensación produciría estar en lo alto de una montaña, desde mi llegada a Cataluña he tenido varias ocasiones de hacerlo.

Tocar el cielo.............muchas veces en las montañas cercanas lo he hecho, toqué esas nubes que en mi tierra los meteorológos las llaman nubes bajas.
Pisé nieve por primera vez en mi vida, y he vivido en ocasiones esa hermosa y única sensación que produce el ver nevar, no me refiero a ver nevar en la villa sino en la montaña, en el silencio es sólo interrumpido cuando algo de nieve se desprende de las ramas de los árboles.

Luego, el milagro de la naturaleza sigue su curso, y aquellos árboles que parecían muertos se llenan de verde, las montañas se despojan poco a poco de su manto blanco y el verde inunda la comarca.

Es un regalo a la vista, una fiesta de colores, la resurreción del verde, el renacer de las fuentes, y el anucio de las fiestas mayores.

Fiestas mayores, celebraciones, jardines rebosantes de flores, gente por doquier, globos que colman el cielo, y el verano que trae consigo miles de turistas.

La Cerdaña entonces es un ir y venir de gente, la misma que durante el invierno supo disfrutar de magníficas pistas de esquí, hoy regresa a disfrutar del calor, pero del calor agradable que durante las noches permite descansar a gusto, al tiempo que pueden practicar infinidad de actividades, golf, equitación, alpinismo, etc.

Cataluña, esa tierra que sigue aún fuera de fronteras, en donde se pueden ver banderas ondeando en pleno corazón francés, con la leyenda de "paisos catalans", signo de gente que a pesar del pasar del tiempo, lucha por mantener viva su identidad, lucha por decirle a todo el mundo que dentro de Francia existen personas que antes de franceses son catalanes, y muchos, aunque por lo bajo, al menos en MON Lluí hablan catalán.

Esta tierra que tanto me ha dado, la que me arropa y me cobija, la misma en la que muchas personas día a día sueñan con ser un día libres e independientes, la misma que otorga derechos extras a inmigrantes, la que se ve privada de competir como nación a pesar de que su estatut así la menciona, NACIÓN.

Es esta la tierra que seguramente me verá morir, pero también la misma que podrá ver como le contaremos a nuestros hijos y nietos que un día esta tierra fué libre y que hoy mucha gente lucha para que vuelva a serlo.

Tierra de oportunidades, gente de bien, de buenas personas, de gente amable y educada, de abuelos que entusiasmados te cuentan de viejas épocas y de valores que se mantienen de generación en generación.

Tierra de ricas tradiciones, algunas de las cuales hemos abrazado y deseamos compartir y preservar, tierra en donde la bandera ondea por doquier sin que por ello tenga que ser fiesta patria.

Cataluña, fácil de amar, difícil de entender, pero cuando comienzas a hacerlo, descubres no solo una rica y tragica historia, descubres sobre todo que quieres formar parte de esa lucha de libertad, y que aunque no vivas para verla, ojalá sí, habrás luchado para seguir abriendo ese camino hacia una independencia verdadera.

Es mi tierra adoptiva, la que me ha dado esa segunda oportunidad, y aunque en el camino algún intolerante ponga piedras, nunca podrá torcer la voluntad de pertenecer a ella desde mi corazón.

Pondré a mi manera ese grano de apoyo, intentaré desde mi humilde posición de recién llegado aportar algo en ese aún largo camino a ser libres, que Dios me dé la suficiente claridad de ideas para que sea posible.

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