Los fantasmas de Torramadé

juan amaro 80

Juan Amaro. Presidente de la Asociación Nous Ciutadans
El presidente de la diputación y actual alcalde de Salt está “preocupado” por los nacimientos de hijos con padres inmigrantes, no lo ve como algo “deseable” según sus propias afirmaciones y culpa a las últimas políticas de inmigración y control de natalidad.

Me pregunto cuáles serían para este señor las políticas acertadas en natalidad, si por ejemplo sería aconsejable una natalidad muy buena por parte de padres catalanes y de ser posible, nula o casi, por parte de los inmigrantes, es más, imagino a este buen señor en épocas de Franco, cuando emigrantes andaluces contribuyeron con su esfuerzo y trabajo pero además con sus hijos a que Catalunya fuera lo que es hoy.

Cuando los que contribuyeron al crecimiento demográfico fueron los emigrantes andaluces nadie dijo nada, además, gracias a la llegada de estos se creó, por decirlo de una forma, otra clase social donde “los castellanos” eran la clase más desfavorecida, hoy lo son los inmigrantes provenientes de todo el mundo los que traen niños al mundo pero la coyuntura es otra, ahora no sobra nada, a no ser lo que le sobra al señor Torramadé, que es un “temor” incomprensible.

A no ser, claro, que este señor tenga parte de sus capacidades algo limitadas y otras, extraordinariamente desarrolladas, limitadas las capacidades de propuestas, de proyectos o soluciones para sus vecinos, por ejemplo en el asentamientos de nuevas industrias o formas de explotación que permitan un crecimiento económico de su municipio.

En cambio, la capacidad de fomentar el odio y la división entre sus vecinos sí que la ha desarrollado, de crear desconfianza, la xenofobia, la desunión, claro, eso es sencillo y más en los tiempos que corren. Su materia gris, su formación o quizás los principios que le inculcaron no le permiten pensar que aquellos que nacen en su municipio y aunque se llamen Rashid, Igor, Josep o María Mercedes pueden ser mañana tan o más catalanes que él.

Es que uno no es de donde nace sino de donde elige vivir, pero si donde vive se le enseña a amar esa tierra, a valorar sus tradiciones, a respetar y fomentar su cultura, su apellido puede ser difícil de pronunciar, el color de su piel puede no ser el “adecuado o aceptable” pero puede ser el niño o la niña de padres inmigrantes nacida en Catalunya que llegue a formar parte de un gobierno o incluso a liderar el camino de la independencia catalana, entonces, a nadie se le va a ocurrir sentirse como a Torramadé, que al parecer, desea el nacimiento de niños catalanes de pura cepa y no catalanes de color, o de ojos rasgados.

Pero no leo ni escucho al señor Torramadé haciendo referencia del porcentaje de esos inmigrantes que viven en Salt que traen hijos al mundo, si estos tienen trabajo, si están en paro, si reciben ayudas o si por el contrario, son quienes aportan a la Seguridad Social.

No leo ni escucho que valore este hecho como positivo, pues quizás la mayoría de estos padres inmigrantes sí cree en Catalunya, sí tiene fe en su futuro, sí ve que existe una salida a la crisis y que esta está cercana, quizás estos padres traen hijos al mundo confiando en que Catalunya saldrá adelante y será fuerte, próspera, justa socialmente y que sus hijos serán quienes construyan esta Catalunya, quienes hablen, difundan y promuevan la catalanidad, las tradiciones, los valores. Niños que fomenten y defiendan más que nadie la lengua catalana, que mantengan vivas las danzas, los cuentos, los gegants, los castellers, incluso las propias instituciones. Pero Torramadé no ve esto como “deseable”. ¿Temerá quizás que los hijos de inmigrantes causen una sociedad catalana menos capacitada y combativa (aún) que la de que hoy tiene Catalunya? Aunque debería saber que algunos presidentes son hijos de inmigrantes, Obama, por ejemplo.
 
fuente: TRIBUNA LATINA.

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