'Hay extranjeros que no pueden renovar las residencias de sus hijos menores por la crisis'

Sebastián Sánchez
Por Ilier Navarro. Si un inmigrante, padre de familia, que ha residido legalmente en España y ha reagrupado a sus hijos, se queda en paro y sus ingresos no llegan a un porcentaje mínimo exigido, puede encontrarse con que su niño se queda en situación irregular. Es la cara más dura de cómo la crisis económica está afectando a extranjeros que han trabajado y cotizado, que han residido legalmente en España, y que ahora se encuentran con serias dificultades no sólo para renovar los papeles de ellos y de sus propios hijos. Pese a ello, las autoridades no flexibilizan sus criterios aunque la normativa lo permite. De este asunto y de otros ha hablado RI con Sebastián Sánchez Lorente, coautor junto a Magdalena Queipo de Llano y el diputado socialista Antonio Hernando, del libro '100 respuestas sobre extranjería' (Ediciones Laberinto), que nos ha contado que su objetivo era publicar una guía accesible, pero rigurosa.

RI: ¿Cuáles son las principales dificultades que afrontan actualmente los inmigrantes en el área de extranjería?
SSL: En España casi siempre se ha vinculado la regularización de extranjeros con el mercado laboral. Dada la situación de crisis económica, hay muchas situaciones que no se pueden regularizar. Afortunadamente con la última modificación de la Ley de Extranjería se han introducido cambios en el arraigo y se amplían las personas objeto de reagrupación familiar. Las dificultades están relacionadas con el mercado laboral, con poder renovar las autorizaciones de trabajo. Ahora hay una novedad, que son los medios económicos del extranjero que se regulan en base al Índice Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM). Esto nos da una cierta seguridad jurídica, pero hay extranjeros que no pueden renovar las residencias de sus hijos menores porque no alcanzan el cómputo necesario del IPREM o porque su casa no reúne los requisitos de habitabilidad porque hay más personas empadronadas. Las modificaciones para acceder a la tarjeta sanitaria también son un problema.
RI: Entonces la irregularidad sobrevenida, ¿también está afectando a los menores de edad?
SSL: Así es. Para renovar el permiso de residencia por reagrupación familiar se exige un nivel mínimo de ingresos. Antes del último reglamento, la cuantía de los medios económicos no estaba regulada. Ahora, según el número de miembros de la unidad familiar, te exigen un 200 o un 300% del IPREM. Eso es positivo porque nos da seguridad jurídica y cada persona sabe cuánto tiene que ganar para renovar la residencia de sus hijos. Pero con la crisis económica, hay casos de familias que ya llevan mucho tiempo en España, en que el padre está legal y su hijo, menor de edad, también está legal. Pero si el padre se queda en paro y sus ingresos no llegan a ese porcentaje de IPREM que le exigen, se encuentra con que su hijo se queda en situación irregular.
RI: ¿En qué situación quedan estos menores?
SSL: Es un un limbo. Se da la paradoja de que el hijo, por ejemplo, lleva dos o tres años en España con residencia legal, que el padre puede mantenerlo porque están viviendo juntos y, sin embargo, no les renuevan la residencia a causa de la crisis económica. Y en renovaciones por reagrupación familiar pasa lo mismo. Si uno de los cónyuges no trabaja, están resolviendo que son irregulares.
RI: ¿Qué instrumentos existen para evitar la irregularidad sobrevenida? ¿Estan siendo sensibles las instuituciones frente a este problema?
SSL: La interpretación tan restrictiva de la letra del Reglamento de Extranjería está generando irregularidades sobrevenidas. Y eso provoca una mayor complicación administrativa, con recursos administrativos, recursos de alzada, y depende de los funcionarios y de las autoridades administrativas que se puedan solventar estos problemas vía recurso. Si no es así, te queda la vía de la residencia por arraigo, pero eso supone volver a empezar desde el principio. Se provoca un doble problema: la propia administración, con su lectura restrictiva del reglamento, deja como irregular a una persona que no lo es. Y, por otro lado, les obligas a que se acojan a un procedimiento de regularización por arraigo social, que es complicado y requiere de papeles del país de origen, etc. En el caso de los menores, hay un artículo que dice que se puede interpretar de forma más flexible el requisito del IPREM, pero en la práctica eso no se está haciendo.
RI: ¿Se puede airmar que lanormativa de extranjería española es estable?
SSL: Hay que ver las últimas modificaciones para darse cuenta de que no es estable. Se ha hecho un esfuerzo en los últimos años por parte de políticos de llegar a un cierto consenso para no usar la extranjería como un arma arrojadiza, pero las últimas tendencias son de modificar nuevamente la Ley de Extranjería. Realmente no hay estabilidad. La última reforma legislativa dio una buena ley y el último real decreto es un buen reglamento. Pero mucho me temo que se va a cambiar. Ya nos han modificado el art. 12 sobre asistencia sanitaria a los extranjeros, yo creo que también modificarán el acceso a la justicia gratuita por parte de los extranjeros. Ahora están preparando un reglamento de los CIES, lo que es bueno y necesario, pero habrá que ver si es acorde con la ley.
RI: A principios de año hubo rumores y declaraciones de parte de algunos políticos sobre la restricción en el acceso a la residencia por arraigo, ¿qué deparará el futuro en este asunto?
SSL: Esto es un riesgo que el Reglamento permite, porque tiene un artículo en virtud del cual se deja al Gobierno respectivo la modificación mediante Real Decreto de los requisitos de arraigo. Yo me temo que probablemente se modifique el arraigo social en el futuro, no el familiar. Y que eso irá por cambiar las circunstancias y requisitos en que se puede acceder al arraigo social.
RI: Desde su perspectiva, ¿cuál es la aportación de inmigrantes a la sociedad española?
SSL: Desde el punto de vista cultural nos han enriquecido. Pero desde el punto de vista de la crisis, a partir del trato directo que tengo con muchos inmigrantes, con nuestros clientes, debo decir que es cierto que hay un porcentaje de extranjeros que está optando por el retorno voluntario a sus países de origen. Pero lo que a mí me manifiestan es que se consideran responsables de la época de bonanza, pero también se consideran corresponsables de la época de crisis, por lo que ellos se quieren quedar como un español más. Eso nos da una lección de cómo hay que afrontar las épocas de crisis económica y de crisis social. Y de cuánto hay que aprender de la solidaridad que ellos están manifestando. Hemos estado demasiado bien acostumbrados y en eso estamos aprendiendo mucho de ellos.

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