HIJOS DE BABEL
En la noche de ayer presencié la segunda gala que se emite el TV española la 1ª a las 22 horas, HIJOS DE BABEL.
Solo no teniendo corazón uno sería capaz de no derramar al menos una lágrima, sea de emoción compartida, sea la catarata de recuerdos y nostalgias que de inmediato te embarga, el añorar nuestra patria, nuestros amigos, nuestros olores...............nuestros amores, nuestros seres queridos, aquellos rincones y aquellos sonidos.
Imposible no emocionarse, aún cuando no participe un compatriota....de momento, pero sólo aquellos que venimos desde muy lejos conocemos y muy bien el verdadero motivo de los que allí derraman lágrimas, bastaba ver anoche a el chico rumano, o la chica argentina, la misma cubana, es que son momentos donde es imposible no compartir esas lágrimas, donde aquellos que al igual que esos hijos de babel, más allá de la lucha por un sueño, más allá de las cámaras, del pasajero estrellato, están los seguros sentimientos de querer estar esa noche, aunque fuera por un minuto en nuestra tierra.
Justo Molinero estará aprendiendo y mucho con esta experiencia.
El veterano locutor, que ha sabido ganarse un lugar dentro mismo del corazón de la capital catalana, emitiendo las 24 horas sólo en castellano, con alguna perla de cuando en cuando en catalán.
Pero cuando digo que estará aprendiendo lo digo porque a pesar de ser emigrante dentro de su propia tierra, hoy seguro podrá apreciar la abismal diferencia entre aquellos que sólo han trasladado dejando todo muy pero que muy lejos, sólo aquellos a los cuales sólo por el hecho de ser extranjeros deben de sentir, como sutilmente somos subestimados, cómo desconfían de nosotros, o nos cobran alquileres más altos,sueldos más bajos, o sencillamente, nos consideran, sin siquiera conocernos, ciudadanos de segunda.
Venimos de lejos, nos distigue el hecho de ser extranjeros, pero sentimos, pensamos, somos, como ellos, de carne y hueso, y el proceder de otra tierra no nos diferencia a la hora de estudiar, de tener un nivel cultural de igual medida, o superior, de querer hacer por este país algo para devolver lo que hoy nos brinda.
Hijos de Babel podrá no tener el nivel de otras producciones, sus concursantes no tendrán un enorme potencial, o sí, porque hay que ver la calidad de Araoon, podrá no ser todo lo dinámico su presentador, y sobre todo, podrá no interesarle a un elevado porcentaje de los españoles, pero a mas de 4 millones de extranjeros sí, aunque lo que le sobra al programa es calor humano, le sobra humanidad, le sobra la sencillez que se transmite en humildad, en gente a la cual le interesa la gente.
Hijos de Babel es un puente entre las oportunidades y las diversas lenguas y culturas, un intento de conocernos más, un programa en el que el pueblo español puede aprender de nosotros, esos inmigrantes que vinimos a España en busca de una vida mejor, y que muchas veces sólo se nos reconoce como mano de obra necesaria, pero no son capaces de ver que detrás de un extranjero también hay un ser humano, con mucho para dar, y no solo trabajo.
Vendrán a través de esos Hijos de Babel trinufos y buenas cosas para España, es cuestión de tiempo, que más de un extranjero demuestre que puede darle`no sólo crecimiento económico, demográfico y cultural a un país ya multiétnico, sino prestigio y hasta gloria.
Será entonces cuando esta tierra, poco a poco, nos comience a aceptar como lo que realamente somos, personas con los mismos defectos y virtudes al igual que ellos.
Solo no teniendo corazón uno sería capaz de no derramar al menos una lágrima, sea de emoción compartida, sea la catarata de recuerdos y nostalgias que de inmediato te embarga, el añorar nuestra patria, nuestros amigos, nuestros olores...............nuestros amores, nuestros seres queridos, aquellos rincones y aquellos sonidos.
Imposible no emocionarse, aún cuando no participe un compatriota....de momento, pero sólo aquellos que venimos desde muy lejos conocemos y muy bien el verdadero motivo de los que allí derraman lágrimas, bastaba ver anoche a el chico rumano, o la chica argentina, la misma cubana, es que son momentos donde es imposible no compartir esas lágrimas, donde aquellos que al igual que esos hijos de babel, más allá de la lucha por un sueño, más allá de las cámaras, del pasajero estrellato, están los seguros sentimientos de querer estar esa noche, aunque fuera por un minuto en nuestra tierra.
Justo Molinero estará aprendiendo y mucho con esta experiencia.
El veterano locutor, que ha sabido ganarse un lugar dentro mismo del corazón de la capital catalana, emitiendo las 24 horas sólo en castellano, con alguna perla de cuando en cuando en catalán.
Pero cuando digo que estará aprendiendo lo digo porque a pesar de ser emigrante dentro de su propia tierra, hoy seguro podrá apreciar la abismal diferencia entre aquellos que sólo han trasladado dejando todo muy pero que muy lejos, sólo aquellos a los cuales sólo por el hecho de ser extranjeros deben de sentir, como sutilmente somos subestimados, cómo desconfían de nosotros, o nos cobran alquileres más altos,sueldos más bajos, o sencillamente, nos consideran, sin siquiera conocernos, ciudadanos de segunda.
Venimos de lejos, nos distigue el hecho de ser extranjeros, pero sentimos, pensamos, somos, como ellos, de carne y hueso, y el proceder de otra tierra no nos diferencia a la hora de estudiar, de tener un nivel cultural de igual medida, o superior, de querer hacer por este país algo para devolver lo que hoy nos brinda.
Hijos de Babel podrá no tener el nivel de otras producciones, sus concursantes no tendrán un enorme potencial, o sí, porque hay que ver la calidad de Araoon, podrá no ser todo lo dinámico su presentador, y sobre todo, podrá no interesarle a un elevado porcentaje de los españoles, pero a mas de 4 millones de extranjeros sí, aunque lo que le sobra al programa es calor humano, le sobra humanidad, le sobra la sencillez que se transmite en humildad, en gente a la cual le interesa la gente.
Hijos de Babel es un puente entre las oportunidades y las diversas lenguas y culturas, un intento de conocernos más, un programa en el que el pueblo español puede aprender de nosotros, esos inmigrantes que vinimos a España en busca de una vida mejor, y que muchas veces sólo se nos reconoce como mano de obra necesaria, pero no son capaces de ver que detrás de un extranjero también hay un ser humano, con mucho para dar, y no solo trabajo.
Vendrán a través de esos Hijos de Babel trinufos y buenas cosas para España, es cuestión de tiempo, que más de un extranjero demuestre que puede darle`no sólo crecimiento económico, demográfico y cultural a un país ya multiétnico, sino prestigio y hasta gloria.
Será entonces cuando esta tierra, poco a poco, nos comience a aceptar como lo que realamente somos, personas con los mismos defectos y virtudes al igual que ellos.
