LAS OTRAS HISTORIAS DE EMIGRACIÓN. ( Maletas hechas por fuerza)

En el pasado siglo cientos de miles de españoles emigraron desde España a todo el mundo, a mediados de siglo empujados por la guerra, el hambre y hasta huyendo de una muerte segura, pero promediando los 70 la emigración fue producto de la falta de trabajo.

Se calcula que los españoles esparcidos por el mundo superan el millón y medio y esa cifra va en aumento, no existen datos oficiales, aunque desde Argentina en un reciente informe afirman que en el último año han llegado unos 24 mil españoles en busca de un futuro posible, de una oportunidad de trabajo, buscando lo que su tierra les niega.

En ese nuevo proceso reversivo  miles de jóvenes y no tan jóvenes con o sin formación emigran a Sudamérica buscando SU oportunidad, profesionales, actores o gente sin apenas formación apuestan a saltar el gran charco y probar suerte afuera de España.

Durante el 2012 se espera que dejen España unas 500 000 personas de las cuales al menos el 10 por ciento serán españoles, algunos optarán por países de la unión europea y muchos cruzarán el charco alentados por el despegue del gigante sudamericano, Brasil, aunque son varios los destinos elegidos en Sudamérica,  Argentina, Uruguay, Chile……………. Las estadísticas marcaron que en el 2010 la cifra de españoles en el extranjero aumentó en 128.655 españoles que marcharon en busca de un futuro laboral estable o posible, sólo en el 2010, imaginen la cifra que puede arrojar el 2011.

En el Río de la Plata solemos decir que partir es morir un poco,  se dejan atrás amigos, familia, el simple hecho de coger un avión, bus o tren que te aleje de lo cotidiano es duro, muy duro, cuesta aceptar que tu tierra te da la espalda, que tu tierra ha roto tus sueños, acabado con tus ilusiones, arrasado con las cosas en las que creías y la decepción suele dar paso a cerrar la puerta a un regreso futuro  pues sería volver a comenzar otra vez luego de labrarte un futuro fuera, el volver a empezar siempre es duro pero cuando se hace  obligado por las circunstancias uno siente como si emprende un exilio obligado.

Estas navidades serán decenas de miles de familias españolas las que verán un espacio vacío en sus mesas, es más, si sumamos las personas que emigraron desde el comienzo de la crisis la cifra  roza o supera el medio millón de españoles.      Miles de españoles que se han visto a hacer las maletas, las maletas producto de la crisis, las maletas de la decepción y también de la esperanza, las maletas de sueños rotos mezcladas con sueños nuevos, las maletas del desarraigo y del desafío, de familias rotas, de caminos cerrados y compañeras de caminos nuevos, oportunidades nuevas.

Miles de familias españolas podrán hoy saber en parte lo que se siente al tener que marchar, el tener que cambiar de idioma, de cultura, de costumbres, de tradiciones, incluso de forma de comer,  miles de familias podrán hoy comprender  a la colonia inmigrante.

Es posible que debido a la crisis los españoles al cruzarse con un inmigrante en la calle, en el portal o en su propio trabajo comprendan  lo difícil, lo complicado y hasta traumático que resulta tener que hacer las maletas y emprender un camino no deseado ni buscado sino forzado por la situación y quizás comprendan entonces lo doloroso que puede ser llegar a ser el que tengas que buscar fuera aquello que tu tierra no puede darte.