LAS GRANDES MENTIRAS SOBRE LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA

"Que nos quitan el trabajo", "Que nos invaden y son delincuentes", "Que se llevan las ayudas públicas", "Que son pobres e ignorantes", "Que no se integran y quieren imponer sus costumbres", esos son los bulos más escuchados en España sobre la inmigración.

"Los inmigrantes nos quitan el trabajo"
Isabel Martínez, portavoz de la ONG Sos Racisme, desbarata la afirmación prejuiciosa "Que los inmigrantes quitan el trabajo a los de aquí". Aseguró a TRIBUNA LATINA que en España las tareas en los mercados laborales son complementarias entre autóctonos y extranjeros. Es decir, ellos realizan las faenas que ya no hacen los catalanes ni los españoles: el cuidado de ancianos, el servicio doméstico y las labores agrícolas, sobre todo en la recogida de frutas y hortalizas. Asimismo, para nadie es un secreto la amplísima demanda de empleo en los sectores de la hostelería y restauración (España es la segunda potencia mundial del turismo), así como en la industria de la construcción. He aquí algo contundente: La inmigración es uno de los principales determinantes del crecimiento español de la última década, según una de las conclusiones del informe semestral sobre La Economía Española y Contexto Internacional, elaborado por Caixa Cataluña. El informe señala que "la llegada de extranjeros a nuestra economía ha aportado 3.2 puntos por año de crecimiento entre 1995 y 2005. Sin esa aportación, la economía se habría contraído seis décimas por año durante la última década".

"Los inmigrantes se llevan las ayudas"
Uno de los tópicos más frecuentes es aquel referido a los extranjeros como los supuestos receptores de la mayoría de las ayudas públicas. Sin embargo, este "argumento" pierde peso al observar las cifras oficiales. Por ejemplo, en el caso de la vivienda, en el 2004 en Cataluña los inmigrantes accedieron a sólo el 7,66 % de las viviendas protegidas, según las cifras del Institut Català del Sòl. En la actualidad la cifra no llega al 8%, teniendo en cuenta que los extranjeros son el 13% de la población de la Comunidad Autónoma.

Respecto a las ayudas públicas, funcionarios de la Conselleria de Benestar y Familia de la Generalitat aclararon que es falsa la idea de "que los inmigrantes se quedan con todas las ayudas". En el caso del PIRMI (Programa Interdepartamental de Renda Mínima d'Inserció), el 17,8 % de los beneficiarios son extranjeros en situación de pobreza o marginación social. Durante 2006, de las 13.090 personas que obtuvieron esa ayuda, 2.095 fueron inmigrantes. La cifra es todavía menor en las ayudas para familias con hijos menores de 3 años. De las 229.739 personas que las solicitaron, 34.596 (el 15%) eran inmigrantes.

Un estudio sobre inmigración y economía española de noviembre de 2006, presentado por Miguel Sebastián, exdirector de la Oficina Económica del Gobierno, explicita que los inmigrantes aportan 23.402 millones de euros a los ingresos públicos, reciben 18.618, por lo que su contribución neta es de 4.784 millones. Esta cantidad representa el 50% del superávit en 2005 registrado por las Administraciones Públicas (1,1% del PIB). Contribuyen, vía cotizaciones, alrededor de 8.000 millones, mientras que sólo reciben 400 millones en pensiones.

"Los negocios de los extranjeros no pagan impuestos"
Esta "versión" es fácil de desmontar, cuando se solicita información en cualquier ayuntamiento o en cualquier oficina de la Agencia Tributaria. Los costes de los permisos municipales de apertura, de control de instalaciones, de reformas y de altas en la Seguridad Social corre a cuenta los propios empresarios extranjeros. El malentendido surge a partir del año 2003, cuando el gobierno establece que el Impuesto de Actividades Económica (IAE) deben pagarlo españoles y extranjeros que facturen más de un millón de euros cada año. La amplia mayoría de los negocios de inmigrantes (locutorios, pequeñas tiendas de alimentación y restaurantes) no alcanzan la cifra.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, manifestó recientemente que la población inmigrante supone el 10,2% de la afiliación a la Seguridad Social y el 6,3% sobre el total de trabajadores autónomos, que cotizan por valor de más de 8.000 millones de euros y perciben pensiones por 400 millones.
Cada mes, unos 25 mil extranjeros se convierten en nuevos cotizantes. Los ecuatorianos y marroquíes cuentan con el mayor número de afiliados, seguido de los rumanos, colombianos, peruanos, chinos y argentinos. A través de las aportaciones se favorecen las comunidades autónomas, el estado español y los propios trabajadores inmigrantes. España y Europa tienen un alto porcentaje de ancianos y "adultos maduros", el llamado fenómeno de "envececimiento poblacional". Al ser minoría los niños y jóvenes, a mediano plazo el continente tendrá una amplia masa de "inactivos" y los costes de la Seguridad Social se dispararán y provocarán una crisis económica. La realidad es concreta: Europa y España necesitan de la inmigración laboral.

"La mayoría de los inmigrantes son delincuentes"
En España, hasta junio último había una población penal de 63.042 personas, de las cuales 19.919 eran extranjeros (31%). Con un crecimiento promedio de 1.000 cada tres meses. Este es el punto más polémico y preocupante sobre todo al relacionar inmigracióndelincuencia a través de discursos políticos como el del Partido Popular y algunas cadenas televisivas privadas.

Sin embargo, España es uno de los países más seguros de la UE. El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, dijo ayer que la tasa de criminalidad en España está 20 puntos por debajo de la media europea. En Madrid pasaron de 93 muertes violentas en el 2003 a 56 en el 2007. Además, la inseguridad es el sexto problema para los ciudadanos españoles, mientras que en 2003 era el tercero

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