LA TERCERA PREOCUPACIÓN.

Casi 15 millones de euros, concretamente 14.996.963 de euros para Cataluña, el presupuesto se destinará a acogida, empleo, vivienda, servicios sociales, salud, infancia y juventud, igualdad de trato, mujer, participación, sensibilización, desarrollo y refuerzo educativo.


De los 66 millones de euros destinados a inmigración en un presupuesto que va más o menos así: El reparto de dicho presupuesto entre las Comunidades Autónomas se realiza en tres partidas: 39.637.824 euros para Acogida e Integración; 26.425.216 euros para Refuerzo Educativo, y 536.960 euros para Atención a menores extranjeros no acompañados desplazados desde Canarias.


La cantidad restante se asigna en función de la población inmigrante empadronada, el número de trabajadores inmigrantes afiliados a la Seguridad Social y el número de trabajadores inmigrantes del Régimen Especial Agrario.

Bien, hablemos ahora más en lenguaje “periférico” o de calle, vamos.

De los 15 millones de euros que se destinarán a Cataluña una cifra no determinada irá a parar a manos de asociaciones de inmigrantes con destino a planes locales de integración.

Recuerdo las exigencias de CiU en el Pacto Nacional de Inmigración, que dicho sea de paso, firmó Oriol Pujol en su día.

"Compromiso de ciudadanía que comporte respeto y actitud de integración en el país". "Impulsarán las medidas para la asunción de derechos y deberes". Y cabe recordar que en la pasada legislatura CiU ya propuso un test para que los inmigrantes demostrasen su integración.

Si hacemos números por encima, la cifra que destinaría La Generalitat a cada inmigrante sería de unos 150 euros.

Pero no es así, en realidad esa cifra se dispara, recordemos que al menos unos 140 000 inmigrantes están escolarizados. Por lo cual, si tomamos esta cifra, si además tenemos en cuenta que por motivos burocráticos y legales las cifras reales que podrían arrojar que los más de 1 300 000 foráneos que tenía Cataluña hoy podrían ser poco más de 1 250 000.

Me parece bien que el gobierno invierta en integración, pero me caería mejor si se vieran resultados, por que al fin y al cabo, esos 15 000 000 de euros salen del bolsillo de todos los contribuyentes.

Hechos como el de Salt o Vic, Badalona, Lleida u otras localidades de Cataluña demuestran que algo falla en el tema integración y falla mucho.

Si vemos las últimas noticias, donde un elevadísimo porcentaje de catalanes ve la inmigración como un problema, donde destacan percibir abusos en salud entre otras cosas, pues, las cosas preocupan aún más a una parte de la colonia inmigrante.

Me incluyo en esa parte, como inmigrante y como nuevo ciudadano de Cataluña.

Integrarnos no es un reto, es una obligación, podría ser obligación moral por ejemplo, vivimos en esta tierra, nos ganamos la vida en ella, nos toca, por tanto, poner el hombro, no las manos.

Me explico: dentro de las políticas de integración están fallando los controles de dónde y cómo se gastan los dineros, si en épocas de vacas flacas el gobierno destina nada menos que 66 millones de euros, es que definitivamente las políticas de integración llevadas adelante hasta hoy han resultado un fracaso.

Pero regreso a Cataluña, con más de un centenar de asociaciones de inmigrantes registradas, ( la cifra puede sobrepasar las 200 al día de hoy) recibe este año 16 millones de euros para políticas de integración.

Como dicen aquí “es una pasta”. Demasiada diría yo, como para no tener sobre ella ya no sólo el control de cómo se gasta sino de los resultados.

Hagámoslo fácil: si usted compra un coche espera de él resultados, eficacia, eficiencia, duración, fiabilidad. En inmigración pasa lo mismo. Pero además hablamos de que ya es hora de que exista transparencia, de que veamos resultados.

La propuesta de CiU con relación a la posibilidad de un test sería una buena alternativa y no vendría mal ponerla en práctica.

Sería una forma de asegurarse de que el dinero destinado a integración y que se otorga a las asociaciones en forma de subvenciones necesita mucho más control y que necesita ver resultados pero resultados verdaderos, constatables.

Es hora de que los ciudadanos tanto catalanes como los recién llegados veamos resultados.

Una cosa es los festejos tradicionales de cada país o la participación en fiestas de diversos municipios por parte de entidades inmigrantes, otra cosa es integración.

Un individuo puede trabajar, cotizar, cumplir con sus obligaciones como por ejemplo educar sus hijos, practicar la fe que considere más cercana a sí y su familia, ser un vecino que no se mete en problemas, puede incluso pasar desapercibido.

Pero integración es más que hablar catalán. Integración es más que compartir un baile tradicional de su tierra, eso es como mucho, una demostración cultural de su país de origen.

Correr detrás de una pelota en un partido de fútbol no está mal, sobre todo si compartes ese partido con personas de otras tierras, pero el fútbol, como la música, es de lenguaje universal, compartes una afición pero no te integras.

Si hemos de invertir en integración, perfecto, pero desde la secretaría de inmigración deberían de exigir resultados a las asociaciones, y no resultados que las asociaciones deseen mostrar, sino que desde la secretaría puedan comprobar.

El nombre y dirección de los beneficiarios y su teléfono para ubicarlo en test al azar y no un test tipo patrón, sino diversos test elaborados desde ayuntamientos o técnicos e incluso desde la misma secretaría.

Controles llevados adelante por empresas o personas no vinculadas a las asociaciones ni a la propia secretaría de inmigración, si se piden informes de otras cosas y se gastan centenares de miles de euros en ello, por qué no hacerlo con las asociaciones y poder evaluar si hay resultados positivos o si por el contrario, hacen falta cambios.

16 millones de euros en un macro de gobierno no es ni un grano de arena en la playa, pero a los que nos cuesta ganar cada euro es una verdadera fortuna y en honor a ello, al respeto al contribuyente y la transparencia se torna necesario que se tomen medidas y se exijan resultados.

Que un niño necesite ayuda en sus estudios si este acaba de llegar y le cuesta adaptarse me parece bien, pero si ha nacido aquí o lleva ya años dentro del sistema educativo ya no es problema de integración, es problema del niño, de su entorno y de su capacidad de aprendizaje, por lo cual, se debe tratar de forma diferente, no desde la óptica de inmigración.

Con relación a los adultos, del 1.300. 000 inmigrantes que vivimos en Cataluña, es evidente que un muy elevado porcentaje de los mismo llevamos muchos años ya en Cataluña.

¿Cuál sería entonces la estrategia para poderlos integrar? Evidentemente que no las aplicadas hasta hoy, por que el gobierno lleva años invirtiendo en integración, sobre todo en inmersión lingüística, pero los resultados dejan mucho que desear, mucho.

Va siendo hora de ponernos serios, de invertir de forma responsable y transparente, de perseguir y obtener resultados, de lograr una integración real, fructífera, de trabajar mirando hacia un futuro que nos permita construir una Cataluña fuerte, multicultural, abierta.

Es hora de cuidar mejor y más responsablemente nuestras inversiones, y la inversión en inmigración se merece una vigilancia estrecha, por que de los resultados de esa inversión, de esa integración depende un importante porcentaje de éxito de construir esa Cataluña que todos aspiramos.