El primer trabajo de sus vidas, 'gracias' a la pandemia
al menos para algunos, como los jóvenes ex tutelados que han logrado empleo en
el sector agrícola
Entre las miles de historias de aquellas y aquellos que cada día intentan zafarse del coronavirus, tanto en lo sanitario como en lo económico, hay un grupo de chavales a los que esta crisis les ha permitido acceder al primer trabajo de sus vidas. Entre tanta destrucción de empleo, los nombres de Mohamed y Younes, a los que conocimos hace un mes, cuando comenzaban el papeleo para acceder al documento para trabajar en España, ya están inscritos en la Seguridad Social y sus manos han empezado a recoger desde este fin de semana los preciados frutos rojos de los campos de Huelva.
Son dos de los jóvenes ex tutelados, que llegaron como niños solos a nuestro país, que forman parte del colectivo de migrantes de entre 18 y 21 años, y que por el decreto agrícola que aprobó el gobierno el 6 de abril, han podido conseguir por primera vez un permiso de trabajo, aunque de momento limitado solo para esta coyuntura en el campo y hasta el 30 de junio. Según datos a los que ha tenido la SER, en una primera estimación del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, son ya más de 300 los que han conseguido ese permiso, en la mayoría de los casos poniéndolo en práctica con las fresas y frambuesas en Huelva.
“Somos serios y hemos venido a trabajar y punto. Nadie nace con todo hecho, hay que luchar para conseguir lo que quieres, como nuestros mayores lo hicieron en su momento. Por esto estamos aquí y dejamos en nuestro país a nuestras familias y queremos ayudarles“, detalla Lamkadem.
Hace sus cálculos y está ilusionado con la idea de permanecer en este sector más allá del 30 de junio, que es la fecha macada como límite, por el momento, para estos permisos extraordinarios.
Las temporeras marroquies son ahora las “manejeras” de estos chavales
Pocas mejor que ellas conocen el oficio de la fresa y de los llamados “berries”, los frutos rojos tan preciados en el mercado. “Llevan más de 20 años viniendo, y la mayoría son repetidoras , vienen desde hace mucho tiempo cada temporada. Por su experiencia muchos empresarios como Mimbrales las designan encargadas o manejeras de las cuadrillas y ahora están formando y supervisando los primeros días de estos chicos en el campo de la zona” explica Rocío Maury, de la Asociación ‘M Solidaria’, de Moguer, que ha sido la llave para poner en contacto a empresario y chavales a través de la Asociación 'Voluntarios por Otro Mundo' de Michel Bustillo. “Ha llegado el gran día que abre una esperanza de futuro y de integración de estos chavales “ dice el alma mater de esta entidad jerezana .
Ambas entidades consideran el decreto como un camino de integración socio laboral de estos jóvenes.“Es algo bidireccional, el sector de las berries necesita de esta mano de obra y ellos necesitan una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida” insiste Maury. Fue ella la que se acordó del empresario Eugenio Mimbrales para informarle de la posibilidad de contar con estos jóvenes.
“Han empezado con la frambuesa , que es un poco más fácil, pero lo importante es que están con muchas ganas de trabajar. Si siguen así, se les va a dar muy bien”, señala Mimbrales, contento con el primer día de los chicos. En él no pensó Rocío por casualidad, sino porque sabía que esta empresa ya había contratado a chicos que vivían en los asentamientos de chabolas de la zona, en un proyecto en colaboración con Cáritas que comenzó hace años, “Tenemos una política de colaborar con nuestro entorno. Somos una empresa, no una ONG, pero ver las bolsas de marginalidad de Cartaya o Moguer nos hizo reaccionar. Fue normal que el relator de la ONU contra la pobreza dijera que esto es un desastre cuando lo visitó pero tampoco todos los empresarios somos así“, señala con respecto al proyecto de los asentamientos.
Más de 270 organizaciones están reclamando en España una regularización de los trabajadores migrantes en la línea que ya están siguiendo Portugal o Italia / Foto cedida
Más de 270 organizaciones están reclamando en España una regularización de los trabajadores migrantes en la línea que ya están siguiendo Portugal o Italia, algo que comparten empresarios como este pero pide que se faciliten los trámites. “Después de las pateras muchos acaban en asentamientos y se da la paradoja de que cada año tenemos que traer a gente de Marruecos, este año ha llegado muy poca por la pandemia, pero es paradoja porque aquí están esas personas ya. Con la ley de extranjería en la mano es que es muy difícil regularizar porque tienes que ofrecer un año de contrato o dos de 6 meses encadenados, es muy difícil plantearte hacer un contrato tan largo porque no los conozco, ni sé cómo trabajan, ni las temporadas agrícolas tardan tanto.
"Los políticos temen el famoso “efecto llamada” pero por culpa de eso hacen una política del avestruz con los que ya están aquí y crean bolsas de marginalidad . Pero luego hay empresarios que se aprovechan y no solo en Huelva” advierte.
Solo este empresario ha contratado en los últimos días a casi un centenar de estos jóvenes ex tutelados que han llegado de entidades de Granada o Jérez
Estamos hablando de estos colectivos porque este empresario confirma que parados de la zona han sido muy pocos los que se han incorporado a estas tareas. Preguntado por la razón que hace que los españoles no trabajen más en el campo o que el convenio del sector pague poco más de 5 euros la hora, reconoce que “las condiciones son mejorables. Es evidente que es un trabajo muy duro, pero uno de nuestros recolectores cobra a partir de 900 euros, 1000 al mes y dependiendo del rendimiento otros cobran más"..
“Es poco y más trabajando en el campo, pero la cuestión es si estamos dispuestos como sociedad a pagar más por un kilo de fresas, de naranjas o de tomates para que todo esto mejore“, señala
Las ONG critican el límite del 30 de junio y el Gobierno afirma que está estudiando vías para ampliar esos permisos de trabajo
La temporalidad de los permisos para estos jóvenes migrantes ex tutelados fue señalada como su gran errorpor entidades especializadas en infancia migrante comoSave The Children o Raíces, entre otras, que esperan que el Gobierno haga algo para “no usar a estos chicos en esta coyuntura y dejarles luego otra vez tirados”.
Fuentes de la Secretaría de Estado de Migraciones apuntan a la SER, que están trabajando para encontrar una solución a sus permisos de trabajo después del 30 de junio. Por un lado, señalan que existe la posibilidad de que se prorrogue el real decreto ley del campo para estos efectos, en ese caso se prolongarían sus permisos de trabajo para todos los colectivos afectados.
De momento, es la primera vez que se permite trabajar los ex menores tutelados con permisos de residencia no lucrativa, y añaden estas fuentes que “el ministro Escrivá defiende que esta medida va en la línea en busca de soluciones para el futuro, de cara a facilitar el tránsito de la minoría la mayoría de edad de estos chicos”, promesas que seguirán bajo la exigente vigilancia de los colectivos que defienden los derechos de la infancia migrante.
Bustillo, clave para que este grupo de chavales haya sido de los primeros en beneficiarse del decreto del campo, valora positivamente cómo el Gobierno central, a través de la Secretaría de Migraciones, el Ministerio de Agricultura, la Junta de Andalucía y los empresarios y ONG “se ponen de acuerdo para insertar a estos jóvenes en el mercado laboral y contribuir al momento que vive España con sus necesidades agrícolas y que ellos aporten su granito de arena para que supermercados y la cadena alimenticia no se pueda interrumpir gracias también a su pequeña ayuda”.
Agradece a la empresa, que les puso incluso un autobús para ir a recogerles a Jerez y al Delegado de Trabajo en Huelva, Álvaro Burgos, que ha ayudado también a que otro grupo de ex tutelados estén llegando también a otras empresas como la de los Pilón. Mohamed y Younes nunca olvidarán que el primer trabajo de sus vidas llegó en medio de una pandemia.
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